El Papa abogará por la justicia social en América Latina

Por Calvin

Por Calvin

El secretario de Estado de la Santa Sede, el cardenal Pietro Parolin, aseguró este viernes que el papa Francisco abogará en América Latina por un desarrollo con “justicia social” en el que la iglesia pueda participar.

“Lanzará una invitación a cuidar lo creado” e invitará a los latinoamericanos a buscar un desarrollo con “justicia social”, de manera de construir un mundo que “tenga en cuenta a los pobres”, aseguró Parolin en una entrevista a la televisión del Vaticano.

Las declaraciones fueron realizadas dos días antes de que el papa arranque hacia Ecuador, primera etapa de su gira de ocho días que lo llevará también a Bolivia y Paraguay.

“Desde el punto de vista político, América Latina es un laboratorio donde se experimentan nuevos modelos de participación, que busca un camino propio hacia la democracia”, comentó el cardenal.

“La iglesia pide sólo poder ejercitar su propia misión para contribuir al bien de la sociedad y al debate democrático”, agregó.

El número dos del Vaticano, que fue nuncio apostólico en Venezuela del 2009 al 2013, considera que el viaje del papa impulsará la misión de la Iglesia en esos países, donde los episcopados locales tienen en ocasiones roces con los gobiernos.

“La Iglesia en general ha tenido siempre un papel profético de cara a la colonización ideológica y (batalla, ndr) en el frente de la familia y de la defensa de la vida, que es lo importante”, dijo.

“Seguiremos predicando el Evangelio en todas esas situaciones”, afirmó.

El cardenal italiano adelantó que el Papa reiterará su pedido a favor de la defensa del medio ambiente y del respeto de “la propia identidad cultural y contra a la tendencia de la globalización de uniformizar todo”, recalcó. El Telégrafo/ Agencia AFP

La prensa extranjera le tunde al Presidente Peña Nieto: “Su palacio está en llamas, y se va del país”

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Ciudad de México, 11 de noviembre (SinEmbargo).– “Su palacio está en llamas, las calles de su capital repletas de manifestantes enojados, su Gobierno envuelto en su más grave crisis social hasta la fecha; sin embargo, el Presidente de México, Enrique Peña Nieto, hizo lo que muchos jefes ejecutivos acosados desean hacer. Se salió del país”, publica hoy el periódico Los Angeles Times.

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A su vez, The Wall Street Journal y New York Times reseñan cómo las seis semanas que han transcurrido desde la desaparición de los 43 estudiantes de la Escuela Normal Rural de Ayotzinapa, Guerrero, han evidenciado el vacío de instituciones sólidas que hagan valer la ley y combatan la corrupción en México.

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“Las últimas seis semanas han recordado a muchos mexicanos lo que falta por hacer en México, como la creación de instituciones sólidas de aplicación de la ley y la lucha contra la arraigada corrupción. También han recordado muchos de los escándalos del viejo Partido Revolucionario Institucional (PRI), que gobernó el país desde 1929 hasta 2000″, dice WSJ.

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En tanto, The New York Times publica en sus páginas de opinión bajo la firma de James A. Goldston: “Esto es mucho más que la historia de un pequeño pueblo, o incluso un país, esclavo de las bandas del narcotráfico. La respuesta en las últimas seis semanas a los secuestros registrados en Guerrero ponen de manifiesto el problema central que el Presidente Enrique Peña Nieto ahora tiene que enfrentar: el sistema de justicia penal de México no puede investigar adecuadamente atrocidades, y carece de los controles institucionales necesarios para frenar la corrupción endémica, los abusos y la incompetencia”.

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LA Times refiere cómo Enrique Peña Nieto ha tenido que encarar una serie acontecimientos que plantean interrogantes acerca de si sus dos años en la administración federal pueden mantener el impulso necesario para llevar a cabo su programa de reformas. “La crisis ha dejado a Peña Nieto en una lucha para recuperar el equilibrio”, dice el periódico californiano.

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A su vez, New York Times dice que los asesinatos de los normalistas “se han convertido en una importante crisis política para el Presidente, lo que socava las afirmaciones de su Gobierno sobre un progreso en la guerra contra la violencia relacionada con las drogas. Ante el temor de la indignación popular por el manejo del caso, se ha comprometido a abordar las fallas estructurales que la crisis ha hecho demasiado evidentes”.

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Y agrega: “Los eventos en Iguala han despertado México. El reto es transformar un sistema de justicia que ha servido durante mucho tiempo a los delincuentes en uno donde prevalezca la ley”.

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A la situación de los estudiantes, los medios internacionales suman los escándalos que enfrenta el Presidente Enrique Peña Nieto por la cancelación de la concesión del tren México-Querétaro a una firma china, su viaje a este país asiático, así como el reportaje sobre la mansión de 7 millones de dólares en la que vive con su familia.

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“Aún cuando el Presidente voló a China para conversaciones comerciales, se enfrentó controversia allí también. Un socio chino de la empresa mexicana, Grupo Higa SA, amenazó con emprender acciones legales contra el gobierno de México después de que la semana pasada canceló abruptamente el contrato para construir un tren bala en México”, publica WSJ.

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Al respecto, LA Times dice que Peña Nieto fue a China en mismo fin de semana que manifestantes prendieron fuego a la puerta del Palacio Nacional en la Ciudad de México, en protesta por la probable masacre de 43 estudiantes. “Al mismo tiempo, los informes fueron surgiendo de que una mansión de 7 millones de dólares propiedad de la esposa del Presidente había sido proporcionado por un contratista principal del Gobierno”.

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“Las redes sociales explotaron las fotos de la residencia de la familia presidencial, con un valor de 7 millones de dólares, y con un video sobre la casa de la familia del Presidente que fue visto más de 1 millón de veces en YouTube. La oficina del Presidente defendió la casa diciendo que no era propiedad del Presidente, sino de la Primera Dama, que estaba pagando la casa en cuotas. Se negó a dar más información. Pero los opositores, incluyendo grupos estudiantiles y políticos de izquierda pidieron su renuncia en Twitter y nuevas elecciones utilizando el hashtag #Articulo39RenunciaEPN”, publica The Wall Street.

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Falta de água de São Paulo e bem viver do povo boliviano

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por Ángel Guerra Cabrera

El Estado Plurinacional de Bolivia es uno de los pocos en América Latina y en el mundo, donde los derechos humanos son defendidos, respetados y perfeccionados por el Estado con una visión integral. Esos derechos no son vistos como el mero trámite formal de depositar el voto en cada elección sino como una activa participación de los ciudadanos y las organizaciones indígenas y populares tanto en los procesos electorales, como en general, en la decisión cotidiana de los asuntos públicos. Además, el Estado boliviano no limita el concepto de derechos humanos a los derechos políticos, sino los extiende a los económicos, sociales y culturales, tutelando su cumplimiento en la práctica como veremos más adelante.

El presidente Evo Morales se caracteriza por cumplir a cabalidad sus promesas a los electores. No es por eso sorprendente que tras nueve años en el cargo haya sido reelecto por tercera vez consecutiva con alrededor del 60 por ciento de votos, además de haberse sometido a un referendo revocatorio en 2008 donde fue confirmado con más del 67 por ciento. Evo, por consiguiente, ha derrotado la idea convencional de que el ejercicio del poder desgasta a los líderes.

En Bolivia antes de que Evo y el MAS conquistaran la presidencia y el legislativo una exigua minoría opulenta excluía, oprimía y negaba el derecho a vivir con respeto a su cultura ancestral y tradiciones a aymaras, quechuas y otros pueblos indios que forman la mayor parte de la población. Las empresas públicas creadas por la revolución de 1952, que eran orgullo nacional, habían sido privatizadas por los gobiernos neoliberales mediante escandalosos negocios urdidos entre los viejos y nuevos oligarcas y las compañías transnacionales.

En relación a estos cruciales problemas Evo sigue cumpliendo lo que prometió en su primera campaña electoral hace diez años pues son objetivos cuya plena realización requiere tiempo. Sus compromisos básicos con los bolivianos fueron: rechazo a las políticas neoliberales y al “libre” comercio, nacionalización e industrialización de los hidrocarburos como detonante del desarrollo económico y social, y convocatoria a una Asamblea Constituyente que propiciaría la refundación del Estado. El nuevo Estado buscaría la erradicación del colonialismo interno y sería plurinacional, reconociendo así la diversidad de la nación boliviana y abriendo los cauces para la participación de los sectores indígenas y populares.

Todo ese programa y mucho más ha sido puesto en marcha con resultados verdaderamente admirables, aunque, para llevarlo a cabo el gobierno del MAS ha debido enfrentar graves planes subversivos dirigidos por la embajada de Estados Unidos, que llegaron al intento de golpe de Estado.

La nacionalización de los hidrocarburos y la redistribución de su renta ha hecho posible que Bolivia reduzca la pobreza en un 25 por ciento y la pobreza extrema en un 43 así como subir el salario mínimo en un 87.7 por ciento. El presupuesto de salud, que en 2005 era de 195 millones de dólares había llegado en 2012 a 600 millones, con una sensible disminución de la mortalidad infantil y materna. De acuerdo con datos de 2012, médicos cubanos habían atendido gratuitamente 58 millones de consultas, realizado 33 mil partos y 134 mil cirugías no oculares; y operado de la visión a 650 mil bolivianos y bolivianas a través de la Operación Milagro. El analfabetismo ha sido erradicado y la escolarización básica es casi universal. El país marcha hacia la industrialización de los hidrocarburos y a convertirse en potencia energética.

Estos datos prueban la falsedad de quienes afirman que los logros sociales bolivianos se deben a los altos precios del petróleo pues si fuera así, otros países, como México, habrían alcanzado resultados semejantes. Basta con comparar el alza astronómica del salario mínimo en Bolivia y su estancamiento por décadas en México.

La Paz, cuya política exterior se subordinaba totalmente a la de Washington, ha pasado a ser un actor político regional e internacional de primera línea, que ostenta la presidencia pro tempore del G77 más China y habla con voz propia en los foros internacionales. Primer país en proclamar los derechos de la Madre Tierra o Pacha Mama y en enarbolar la filosofía andina del “buen vivir”, Bolivia tiene un papel de liderazgo mundial en la lucha contra el cambio climático, la más trascendental de todas las tareas que tiene por delante la humanidad.

Pacha Mama e a (falta de) água em SP

 

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por Bianca Santana

Pacha é o que há de mais simples e essencial em nós: a terra. O lugar e o tempo que habitamos, com nossas necessidades e atitudes mais instintivas. Mama, em tantas línguas, é a mãe. A fecundidade e o feminino de onde todas e todos viemos, sem exceção. Essência que costumamos ignorar por ser pouco importante frente à nossa agenda, aos nossos bens, à nossa intelectualidade. Simples demais pro nosso modelo de desenvolvimento e progresso. Para os povos andinos, nossos hermanos, a Pachamama é a divindade mais importante. De onde vem o alimento, a água, o ar. Graças a ela estamos vivos. Nas cavernas de Potosí, na Bolívia, conheci Pachamama pelo olhar forte e seguro das cholas. Mulheres com o cabelo trançado, vestindo saias longas, adornadas com roupas coloridas e brincos feitos com a prata do lugar. Muitas carregavam as crianças nas costas , amarradas por um pano, enquanto tocavam seus afazeres. Uma vida que integrava a maternidade, o trabalho, a beleza e o sagrado. Uma vida sem carro, dinheiro ou produtos caros. Mas com tudo o que é essencial à vida, até água!

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Em outubro de 2012, o primeiro presidente indígena da Bolívia, Evo Morales, promulgou uma lei que estabelece 11 direitos para a natureza, incluindo o direito à vida. A visão de mundo que dá extrema importância à Pachamama, se concretizou na chamada Lei da Mãe Terra, cujos objetivos são: “estabelecer a visão e os fundamentos do desenvolvimento integral em harmonia em equiíbrio com a Mãe Terra para Viver bem, garantindo a continuidade da capacidade de regeneração dos componentes e sistemas de vida da Mãe Terra, recuperando e fortalecendo os saberes locais e os conhecimentos ancestrais, no marco da complementaridade de direitos, obrigações e deveres, assim como os objetivos de desenvolvimento integral como meio para desenvolver o Viver Bem, as bases para o planejamento, a gestão pública e o marco institucional estratégico para sua implementação”. Na época, o ministro do exterior David Choquehuanca afirmou: “Nossos antepassados nos ensinaram que pertencemos a uma grande família de plantas e animais. Nós, povos indígenas, podemos com nossos valores contribuir com a solução das crises energética, climática e alimentar”. O dia 1º de agosto é dedicado à Pachamama. Que ela nos inspire ao equilíbrio. Que nesse ano eleitoral, governos e candidaturas acessem e reconheçam os saberes ancestrais dos povos indígenas, africanos e camponeses europeus presentes no Brasil. Que nós, cidadãs e cidadãos, coloquemos o respeito à Terra como condição para o nosso voto. E que não esqueçamos por que São Paulo está sem água.

 

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“Para la derecha y el imperialismo, la tarea principal es derrotar a las fuerzas que están en el gobierno y Marina Silva es su candidata”

Entrevista con José Reinaldo Carvalho

L’ Humanité Dimanche

 

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-¿Cuál es su balance del gobierno del Partido de los Trabajadores?

-La elección de Lula abrió un nuevo ciclo político en el país después de dos décadas de dictadura militar (1964-1985), reemplazados por gobiernos civiles neoliberales y conservadores (1990-2002). Desde 2002, los gobiernos progresistas del Partido de los Trabajadores (PT) y partidos aliados, incluyendo PCdoB, bajo la dirección de Lula y ahora de la presidenta Dilma Rousseff, lanzaron un proceso de cambio: el fortalecimiento de la democracia, la lucha contra la pobreza y el desarrollo económico.

Estos doce años han ayudado a arraigar la democracia en Brasil, con la participación popular en constante aumento. Se estableció un diálogo permanente con el poder legislativo y los partidos políticos y mecanismos de consulta con los movimientos sociales. Los dos últimos gobiernos han tenido sobre todo una vocación social, permitiendo salir de la pobreza a casi 40 millones de brasileños. Generaron 20 millones de puestos de trabajo y el salario mínimo se ha incrementado en un 75%.

-Esta política social, ¿puso fin a la desigualdad?

-A pesar de estos avances y las reformas en áreas como la educación y la salud, Brasil no ha superado sus problemas estructurales, que son inmensos. Seguimos siendo un país todavía muy desigual. Las clases dominantes y reaccionarias mantienen su poder y ejercen una enorme influencia en la vida política, económica y cultural del país. La existencia de estas fuerzas impide la concretización de rupturas radicales con el sistema legado por la dictadura. Los problemas sociales se mantienen y crean un descontento generalizado en los diversos sectores de la población.

-¿Qué estaria en juego en caso de elección de Marina Silva?

-Su elección plantearia un retroceso completo de los logros sociales y económicos obtenidos desde 2002. Con la cooperación de los medios de comunicación, Marina Silva se construye la imagen de una mujer de origen humilde, ex activista de izquierda que lleva un mensaje ‘innovador’, con el fin de recuperar el sentimiento de rechazo hacia el mundo político. Este contexto y los escándalos por corrupción benefician Marina Silva y sus seguidores, que son la derecha y las clases dominantes. Para la derecha brasileña y el imperialismo, la tarea principal es derrotar a las fuerzas que están ahora en el gobierno. Marina Silva es pues su candidata, ya que la derecha tradicional está demasiado marcada por su proximidad a la dictadura. La segunda ronda parece que será muy ajustada.

-¿Qué sugiere usted?

-El gobierno continuará con su política de fortalecer el papel del Estado en la economía para permitir el progreso social. Pero queremos ir más allá con el lanzamiento de grandes proyectos: refundar el sistema político, luchar contra la oligarquía financiera, regular los medios de comunicación, poner en marcha la reforma urbana y agraria, desarrollar los derechos sociales y transformar en profundidad los sectores como la educación, la salud pública. El futuro gobierno de la presidenta Dilma Rousseff debe llevarnos a una nueva fase de la lucha por la emancipación nacional y social. Eso será posible si el PCdoB aumenta su influencia electoral dentro del conjunto de las fuerzas de izquierda …

Entrevista realizada por V. K.

O dinheiro é o anti-Deus, porque cria um universo espiritual alternativo, muda o objeto das virtudes teologais. Fé, esperança e caridade deixam de estar colocadas em Deus, mas no dinheiro. O apego ao dinheiro é a raiz de todos os males”

 

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O Papa Francisco presidiu, na tarde desta Sexta-feira Santa, na Basílica Vaticana à celebração da Paixão do Senhor, com o rito da Adoração da Cruz, que caracteriza esta celebração. Como habitualmente nesta ocasião, a homilia foi feita pelo pregador da Casa Pontifícia, Padre Raniero Cantalamessa. O Padre capuchinho centrou a sua homilia na figura de Judas afirmando, desde logo, que este não tinha nascido traidor e não o era quando foi escolhido por Jesus mas tornou-se como tal! Estamos diante de um dos dramas mais obscuros da liberdade humana. Por que se tornou Judas num traidor?” – perguntou o Padre Cantalamessa.

Recordou ainda que durante muitos anos tentou-se dar ao gesto de Judas motivações idealistas como se Judas estivesse desapontado com a maneira com que Jesus realizou a sua ideia do “reino de Deus”. Os Evangelhos falam de um motivo muito mais terra-terra – observou o Padre Cantalamessa: o dinheiro. Judas tinha a responsabilidade da bolsa comum do grupo; na ocasião da unção em Betânia tinha protestado contra o desperdício do perfume precioso derramado por Maria aos pés de Jesus, não porque se preocupasse pelos pobres, assinala S. João, mas porque “era um ladrão e, como tinha a bolsa, tirava o que se colocava lá dentro”(Jo 12, 6). A sua proposta aos chefes dos sacerdotes é explícita: “Quanto estão dispostos a dar-me, se o entregar? E eles fixaram a soma de trinta moedas de prata” (Mt 26, 15).

Mas porquê maravilhar-se desta explicação e achar que ela é banal? Não foi quase sempre assim na história e não é ainda assim hoje em dia? O dinheiro, não é um dos muitos ídolos; é o ídolo por excelência; literalmente, “o ídolo por antonomasia”.

O dinheiro é o anti-Deus, porque cria um universo espiritual alternativo, muda o objeto das virtudes teologais. Fé, esperança e caridade deixam de estar colocadas em Deus, mas no dinheiro. O apego ao dinheiro é a raiz de todos os males” – afirmou o Padre Cantalamessa. É a relação com o dinheiro que está por detrás do tráfico de drogas que destrói tantas vidas humanas, a exploração da prostituição, o fenómeno das várias máfias, a corrupção política, o fabrico e comercialização de armas, e até mesmo a venda de órgãos humanos:

“E a crise financeira que o mundo atravessou e que este país ainda está atravessando, não é, em grande parte, devida à “deplorável ganância por dinheiro”, o auri sacra fames, de alguns poucos? Judas começou roubando dinheiro da bolsa comum. Isso não diz nada a certos administradores do dinheiro público?”

“Mas sem pensar nesses modos criminosos de ganhar dinheiro, não será escandaloso que alguns recebam salários e pensões cem vezes maiores do que aqueles que trabalham nas suas casas, e que levantem logo a voz só com a ameaça de ter que renunciar a algo, em vista de uma maior justiça social?”
“Homens colocados em lugares de responsabilidade que já não sabiam em qual banco ou paraíso fiscal acumular os proventos da sua corrupção, acabaram no banco dos acusados, ou na cela da uma prisão, precisamente quando estavam para dizer a si próprios: ‘agora goza, alma minha’. Para quem é que o fizeram? Valia a pena? Fizeram verdadeiramente o bem dos filhos e da família, se era isto que procuravam? Ou não se terão arruinado e aos outros? O deus do dinheiro encarrega-se de punir ele próprio os seus adoradores.”

A traição de Jesus continua na história. Mas seria demasiado fácil pensar só nos casos clamorosos ou nos gestos feitos por outros. O padre Cantalamessa fez exemplos concretos:

“Trai Cristo quem trai a própria mulher ou o próprio marido. Trai Jesus o ministro de Deus infiel à sua condição que em vez de pastorear o seu rebanho pastoreia-se a si próprio. Trai Jesus quem quer que traia a sua própria consciência.”

Judas depois de ter reconhecido de ter entregue sangue inocente enforcou-se. Qual terá sido o seu destino eterno – perguntou-se o Padre Cantalamessa – convidando a não darmos um juízo apressado. Jesus nunca abandonou Judas – sublinhou – e ninguém sabe onde é que ele caiu quando se lançou da árvore com a corda ao pescoço. Como Jesus procurou o rosto de Pedro depois da sua negação para dar-lhe o perdão, quem sabe como terá procurado também a face de Judas em qualquer curva da sua via sacra! – observou o Padre Cantalamessa que concluiu a sua homilia afirmando que Pedro teve confiança na misericórdia de Cristo e Judas não! O seu grande pecado não foi trair Jesus mas duvidar da sua misericórdia:

“Existe um sacramento no qual é possível fazer uma experiência segura da misericórdia de Cristo: o sacramento da reconciliação. Como é belo este sacramento! É doce experimentar Jesus como Mestre, como Senhor, mas ainda mais doce experimentá-lo como Redentor: como aquele que te tira para fora do abismo, como Pedro no mar, que te toca, como fez com o leproso e te diz: Quero-o, sejas purificado.”

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MENSAGEM DO PAPA FRANCISCO PARA A CELEBRAÇÃO DO DIA MUNDIAL DA PAZ

1º DE JANEIRO DE 2014

FRATERNIDADE, FUNDAMENTO E CAMINHO PARA A PAZ

1. Nesta minha primeira Mensagem para o Dia Mundial da Paz, desejo formular a todos, indivíduos e povos, votos duma vida repleta de alegria e esperança. Com efeito, no coração de cada homem e mulher, habita o anseio duma vida plena que contém uma aspiração irreprimível de fraternidade, impelindo à comunhão com os outros, em quem não encontramos inimigos ou concorrentes, mas irmãos que devemos acolher e abraçar.

Na realidade, a fraternidade é uma dimensão essencial do homem, sendo ele um ser relacional. A consciência viva desta dimensão relacional leva-nos a ver e tratar cada pessoa como uma verdadeira irmã e um verdadeiro irmão; sem tal consciência, torna-se impossível a construção duma sociedade justa, duma paz firme e duradoura. E convém desde já lembrar que a fraternidade se começa a aprender habitualmente no seio da família, graças sobretudo às funções responsáveis e complementares de todos os seus membros, mormente do pai e da mãe. A família é a fonte de toda a fraternidade, sendo por isso mesmo também o fundamento e o caminho primário para a paz, já que, por vocação, deveria contagiar o mundo com o seu amor.

O número sempre crescente de ligações e comunicações que envolvem o nosso planeta torna mais palpável a consciência da unidade e partilha dum destino comum entre as nações da terra. Assim, nos dinamismos da história – independentemente da diversidade das etnias, das sociedades e das culturas –, vemos semeada a vocação a formar uma comunidade feita de irmãos que se acolhem mutuamente e cuidam uns dos outros. Contudo, ainda hoje, esta vocação é muitas vezes contrastada e negada nos factos, num mundo caracterizado pela «globalização da indiferença» que lentamente nos faz «habituar» ao sofrimento alheio, fechando-nos em nós mesmos.

Em muitas partes do mundo, parece não conhecer tréguas a grave lesão dos direitos humanos fundamentais, sobretudo dos direitos à vida e à liberdade de religião. Exemplo preocupante disso mesmo é o dramático fenómeno do tráfico de seres humanos, sobre cuja vida e desespero especulam pessoas sem escrúpulos. Às guerras feitas de confrontos armados juntam-se guerras menos visíveis, mas não menos cruéis, que se combatem nos campos económico e financeiro com meios igualmente demolidores de vidas, de famílias, de empresas.

A globalização, como afirmou Bento XVI, torna-nos vizinhos, mas não nos faz irmãos.[1] As inúmeras situações de desigualdade, pobreza e injustiça indicam não só uma profunda carência de fraternidade, mas também a ausência duma cultura de solidariedade. As novas ideologias, caracterizadas por generalizado individualismo, egocentrismo e consumismo materialista, debilitam os laços sociais, alimentando aquela mentalidade do «descartável» que induz ao desprezo e abandono dos mais fracos, daqueles que são considerados «inúteis». Assim, a convivência humana assemelha-se sempre mais a um mero do ut des pragmático e egoísta.

Ao mesmo tempo, resulta claramente que as próprias éticas contemporâneas se mostram incapazes de produzir autênticos vínculos de fraternidade, porque uma fraternidade privada da referência a um Pai comum como seu fundamento último não consegue subsistir.[2] Uma verdadeira fraternidade entre os homens supõe e exige uma paternidade transcendente. A partir do reconhecimento desta paternidade, consolida-se a fraternidade entre os homens, ou seja, aquele fazer-se «próximo» para cuidar do outro.

«Onde está o teu irmão?» (Gn 4, 9)

2. Para compreender melhor esta vocação do homem à fraternidade e para reconhecer de forma mais adequada os obstáculos que se interpõem à sua realização e identificar as vias para a superação dos mesmos, é fundamental deixar-se guiar pelo conhecimento do desígnio de Deus, tal como se apresenta de forma egrégia na Sagrada Escritura.

Segundo a narração das origens, todos os homens provêm dos mesmos pais, de Adão e Eva, casal criado por Deus à sua imagem e semelhança (cf. Gn 1, 26), do qual nascem Caim e Abel. Na história desta família primigénia, lemos a origem da sociedade, a evolução das relações entre as pessoas e os povos.

Abel é pastor, Caim agricultor. A sua identidade profunda e, conjuntamente, a sua vocação é ser irmãos, embora na diversidade da sua actividade e cultura, da sua maneira de se relacionarem com Deus e com a criação. Mas o assassinato de Abel por Caim atesta, tragicamente, a rejeição radical da vocação a ser irmãos. A sua história (cf. Gn4, 1-16) põe em evidência o difícil dever, a que todos os homens são chamados, de viver juntos, cuidando uns dos outros. Caim, não aceitando a predilecção de Deus por Abel, que Lhe oferecia o melhor do seu rebanho – «o Senhor olhou com agrado para Abel e para a sua oferta, mas não olhou com agrado para Caim nem para a sua oferta» (Gn4, 4-5) –, mata Abel por inveja. Desta forma, recusa reconhecer-se irmão, relacionar-se positivamente com ele, viver diante de Deus, assumindo as suas responsabilidades de cuidar e proteger o outro. À pergunta com que Deus interpela Caim – «onde está o teu irmão?» –, pedindo-lhe contas da sua acção, responde: «Não sei dele. Sou, porventura, guarda do meu irmão?» (Gn 4, 9). Depois – diz-nos o livro do Génesis –, «Caim afastou-se da presença do Senhor» (4, 16).

É preciso interrogar-se sobre os motivos profundos que induziram Caim a ignorar o vínculo de fraternidade e, simultaneamente, o vínculo de reciprocidade e comunhão que o ligavam ao seu irmão Abel. O próprio Deus denuncia e censura a Caim a sua contiguidade com o mal: «o pecado deitar-se-á à tua porta» (Gn 4, 7). Mas Caim recusa opor-se ao mal, e decide igualmente «lançar-se sobre o irmão» (Gn 4, 8), desprezando o projecto de Deus. Deste modo, frustra a sua vocação original para ser filho de Deus e viver a fraternidade.

A narração de Caim e Abel ensina que a humanidade traz inscrita em si mesma uma vocação à fraternidade, mas também a possibilidade dramática da sua traição. Disso mesmo dá testemunho o egoísmo diário, que está na base de muitas guerras e injustiças: na realidade, muitos homens e mulheres morrem pela mão de irmãos e irmãs que não sabem reconhecer-se como tais, isto é, como seres feitos para a reciprocidade, a comunhão e a doação.

«E vós sois todos irmãos» (Mt 23, 8)

3. Surge espontaneamente a pergunta: poderão um dia os homens e as mulheres deste mundo corresponder plenamente ao anseio de fraternidade, gravado neles por Deus Pai? Conseguirão, meramente com as suas forças, vencer a indiferença, o egoísmo e o ódio, aceitar as legítimas diferenças que caracterizam os irmãos e as irmãs?

Parafraseando as palavras do Senhor Jesus, poderemos sintetizar assim a resposta que Ele nos dá: dado que há um só Pai, que é Deus, vós sois todos irmãos (cf. Mt 23, 8-9). A raiz da fraternidade está contida na paternidade de Deus. Não se trata de uma paternidade genérica, indistinta e historicamente ineficaz, mas do amor pessoal, solícito e extraordinariamente concreto de Deus por cada um dos homens (cf. Mt 6, 25-30). Trata-se, por conseguinte, de uma paternidade eficazmente geradora de fraternidade, porque o amor de Deus, quando é acolhido, torna-se no mais admirável agente de transformação da vida e das relações com o outro, abrindo os seres humanos à solidariedade e à partilha activa.

Em particular, a fraternidade humana foi regenerada em e por Jesus Cristo, com a sua morte e ressurreição. A cruz é o «lugar» definitivo de fundação da fraternidade que os homens, por si sós, não são capazes de gerar. Jesus Cristo, que assumiu a natureza humana para a redimir, amando o Pai até à morte e morte de cruz (cf. Fl 2, 8), por meio da sua ressurreição constitui-nos como humanidade nova, em plena comunhão com a vontade de Deus, com o seu projecto, que inclui a realização plena da vocação à fraternidade.

Jesus retoma o projecto inicial do Pai, reconhecendo-Lhe a primazia sobre todas as coisas. Mas Cristo, com o seu abandono até à morte por amor do Pai, torna-Se princípio novo e definitivo de todos nós, chamados a reconhecer-nos n’Ele como irmãos, porque filhos do mesmo Pai. Ele é a própria Aliança, o espaço pessoal da reconciliação do homem com Deus e dos irmãos entre si. Na morte de Jesus na cruz, ficou superada também a separação entre os povos, entre o povo da Aliança e o povo dos Gentios, privado de esperança porque permanecera até então alheio aos pactos da Promessa. Como se lê na Carta aos Efésios, Jesus Cristo é Aquele que reconcilia em Si todos os homens. Ele é a paz, porque, dos dois povos, fez um só, derrubando o muro de separação que os dividia, ou seja, a inimizade. Criou em Si mesmo um só povo, um só homem novo, uma só humanidade nova (cf. 2,14-16).

Quem aceita a vida de Cristo e vive n’Ele, reconhece Deus como Pai e a Ele Se entrega totalmente, amando-O acima de todas as coisas. O homem reconciliado vê, em Deus, o Pai de todos e, consequentemente, é solicitado a viver uma fraternidade aberta a todos. Em Cristo, o outro é acolhido e amado como filho ou filha de Deus, como irmão ou irmã, e não como um estranho, menos ainda como um antagonista ou até um inimigo. Na família de Deus, onde todos são filhos dum mesmo Pai e, porque enxertados em Cristo, filhos no Filho, não há «vidas descartáveis». Todos gozam de igual e inviolável dignidade; todos são amados por Deus, todos foram resgatados pelo sangue de Cristo, que morreu na cruz e ressuscitou por cada um. Esta é a razão pela qual não se pode ficar indiferente perante a sorte dos irmãos.

A fraternidade, fundamento e caminho para a paz

4. Suposto isto, é fácil compreender que a fraternidade é fundamento e caminho para a paz. As Encíclicas sociais dos meus Predecessores oferecem uma ajuda valiosa neste sentido. Basta ver as definições de paz da Populorum progressio, de Paulo VI, ou da Sollicitudo rei socialis, de João Paulo II. Da primeira, apreendemos que o desenvolvimento integral dos povos é o novo nome da paz[3] e, da segunda, que a paz é opus solidaritatis, fruto da solidariedade.[4]

Paulo VI afirma que tanto as pessoas como as nações se devem encontrar num espírito de fraternidade. E explica: «Nesta compreensão e amizade mútuas, nesta comunhão sagrada, devemos (…) trabalhar juntos para construir o futuro comum da humanidade».[5] Este dever recai primariamente sobre os mais favorecidos. As suas obrigações radicam-se na fraternidade humana e sobrenatural, apresentando-se sob um tríplice aspecto: o dever de solidariedade, que exige que as nações ricas ajudem as menos avançadas; o dever de justiça social, que requer a reformulação em termos mais correctos das relações defeituosas entre povos fortes e povos fracos; o dever de caridade universal, que implica a promoção de um mundo mais humano para todos, um mundo onde todos tenham qualquer coisa a dar e a receber, sem que o progresso de uns seja obstáculo ao desenvolvimento dos outros.[6]

Ora, da mesma forma que se considera a paz como opus solidarietatis, é impossível não pensar que o seu fundamento principal seja a fraternidade. A paz, afirma João Paulo II, é um bem indivisível: ou é bem de todos, ou não o é de ninguém. Na realidade, a paz só pode ser conquistada e usufruída como melhor qualidade de vida e como desenvolvimento mais humano e sustentável, se estiver viva, em todos, «a determinação firme e perseverante de se empenhar pelo bem comum».[7] Isto implica não deixar-se guiar pela «avidez do lucro» e pela «sede do poder». É preciso estar pronto a «“perder-se” em benefício do próximo em vez de o explorar, e a “servi-lo” em vez de o oprimir para proveito próprio (…). O “outro” – pessoa, povo ou nação – [não deve ser visto] como um instrumento qualquer, de que se explora, a baixo preço, a capacidade de trabalhar e a resistência física, para o abandonar quando já não serve; mas sim como um nosso “semelhante”, um “auxílio”».[8]

solidariedade cristã pressupõe que o próximo seja amado não só como «um ser humano com os seus direitos e a sua igualdade fundamental em relação a todos os demais, mas [como] a imagem viva de Deus Pai, resgatada pelo sangue de Jesus Cristo e tornada objecto da acção permanente do Espírito Santo»,[9] como um irmão. «Então a consciência da paternidade comum de Deus, da fraternidade de todos os homens em Cristo, “filhos no Filho”, e da presença e da acção vivificante do Espírito Santo conferirá – lembra João Paulo II – ao nosso olhar sobre o mundo como que um novo critério para o interpretar»,[10] para o transformar.

A fraternidade, premissa para vencer a pobreza

5. Na Caritas in veritate, o meu Predecessor lembrava ao mundo que uma causa importante da pobreza é a falta defraternidade entre os povos e entre os homens.[11] Em muitas sociedades, sentimos uma profunda pobreza relacional, devido à carência de sólidas relações familiares e comunitárias; assistimos, preocupados, ao crescimento de diferentes tipos de carências, marginalização, solidão e de várias formas de dependência patológica. Uma tal pobreza só pode ser superada através da redescoberta e valorização de relações fraternas no seio das famílias e das comunidades, através da partilha das alegrias e tristezas, das dificuldades e sucessos presentes na vida das pessoas.

Além disso, se por um lado se verifica uma redução da pobreza absoluta, por outro não podemos deixar de reconhecer um grave aumento da pobreza relativa, isto é, de desigualdades entre pessoas e grupos que convivem numa região específica ou num determinado contexto histórico-cultural. Neste sentido, servem políticas eficazes que promovam o princípio da fraternidade, garantindo às pessoas – iguais na sua dignidade e nos seus direitos fundamentais – acesso aos «capitais», aos serviços, aos recursos educativos, sanitários e tecnológicos, para que cada uma delas tenha oportunidade de exprimir e realizar o seu projecto de vida e possa desenvolver-se plenamente como pessoa.

Reconhece-se haver necessidade também de políticas que sirvam para atenuar a excessiva desigualdade de rendimento. Não devemos esquecer o ensinamento da Igreja sobre a chamada hipoteca social, segundo a qual, se é lícito – como diz São Tomás de Aquino – e mesmo necessário que «o homem tenha a propriedade dos bens»,[12]quanto ao uso, porém, «não deve considerar as coisas exteriores que legitimamente possui só como próprias, mas também como comuns, no sentido de que possam beneficiar não só a si mas também aos outros».[13]

Por último, há uma forma de promover a fraternidade – e, assim, vencer a pobreza – que deve estar na base de todas as outras. É o desapego vivido por quem escolhe estilos de vida sóbrios e essenciais, por quem, partilhando as suas riquezas, consegue assim experimentar a comunhão fraterna com os outros. Isto é fundamental, para seguir Jesus Cristo e ser verdadeiramente cristão. É o caso não só das pessoas consagradas que professam voto de pobreza, mas também de muitas famílias e tantos cidadãos responsáveis que acreditam firmemente que a relação fraterna com o próximo constitua o bem mais precioso.

A redescoberta da fraternidade na economia

6. As graves crises financeiras e económicas dos nossos dias – que têm a sua origem no progressivo afastamento do homem de Deus e do próximo, com a ambição desmedida de bens materiais, por um lado, e o empobrecimento das relações interpessoais e comunitárias, por outro – impeliram muitas pessoas a buscar o bem-estar, a felicidade e a segurança no consumo e no lucro fora de toda a lógica duma economia saudável. Já, em 1979, o Papa João Paulo II alertava para a existência de «um real e perceptível perigo de que, enquanto progride enormemente o domínio do homem sobre o mundo das coisas, ele perca os fios essenciais deste seu domínio e, de diversas maneiras, submeta a elas a sua humanidade, e ele próprio se torne objecto de multiforme manipulação, se bem que muitas vezes não directamente perceptível; manipulação através de toda a organização da vida comunitária, mediante o sistema de produção e por meio de pressões dos meios de comunicação social».[14]

As sucessivas crises económicas devem levar a repensar adequadamente os modelos de desenvolvimento económico e a mudar os estilos de vida. A crise actual, com pesadas consequências na vida das pessoas, pode ser também uma ocasião propícia para recuperar as virtudes da prudência, temperança, justiça e fortaleza. Elas podem ajudar-nos a superar os momentos difíceis e a redescobrir os laços fraternos que nos unem uns aos outros, com a confiança profunda de que o homem tem necessidade e é capaz de algo mais do que a maximização do próprio lucro individual. As referidas virtudes são necessárias sobretudo para construir e manter uma sociedade à medida da dignidade humana.

A fraternidade extingue a guerra

7. Ao longo do ano que termina, muitos irmãos e irmãs nossos continuaram a viver a experiência dilacerante da guerra, que constitui uma grave e profunda ferida infligida à fraternidade.

Há muitos conflitos que se consumam na indiferença geral. A todos aqueles que vivem em terras onde as armas impõem terror e destruição, asseguro a minha solidariedade pessoal e a de toda a Igreja. Esta última tem por missão levar o amor de Cristo também às vítimas indefesas das guerras esquecidas, através da oração pela paz, do serviço aos feridos, aos famintos, aos refugiados, aos deslocados e a quantos vivem no terror. De igual modo a Igreja levanta a sua voz para fazer chegar aos responsáveis o grito de dor desta humanidade atribulada e fazer cessar, juntamente com as hostilidades, todo o abuso e violação dos direitos fundamentais do homem.[15]

Por este motivo, desejo dirigir um forte apelo a quantos semeiam violência e morte, com as armas: naquele que hoje considerais apenas um inimigo a abater, redescobri o vosso irmão e detende a vossa mão! Renunciai à via das armas e ide ao encontro do outro com o diálogo, o perdão e a reconciliação para reconstruir a justiça, a confiança e esperança ao vosso redor! «Nesta óptica, torna-se claro que, na vida dos povos, os conflitos armados constituem sempre a deliberada negação de qualquer concórdia internacional possível, originando divisões profundas e dilacerantes feridas que necessitam de muitos anos para se curarem. As guerras constituem a rejeição prática de se comprometer para alcançar aquelas grandes metas económicas e sociais que a comunidade internacional estabeleceu».[16]

Mas, enquanto houver em circulação uma quantidade tão grande como a actual de armamentos, poder-se-á sempre encontrar novos pretextos para iniciar as hostilidades. Por isso, faço meu o apelo lançado pelos meus Predecessores a favor da não-proliferação das armas e do desarmamento por parte de todos, a começar pelo desarmamento nuclear e químico.

Não podemos, porém, deixar de constatar que os acordos internacionais e as leis nacionais, embora sendo necessários e altamente desejáveis, por si sós não bastam para preservar a humanidade do risco de conflitos armados. É precisa uma conversão do coração que permita a cada um reconhecer no outro um irmão do qual cuidar e com o qual trabalhar para, juntos, construírem uma vida em plenitude para todos. Este é o espírito que anima muitas das iniciativas da sociedade civil, incluindo as organizações religiosas, a favor da paz. Espero que o compromisso diário de todos continue a dar fruto e que se possa chegar também à efectiva aplicação, no direito internacional, do direito à paz como direito humano fundamental, pressuposto necessário para o exercício de todos os outros direitos.

A corrupção e o crime organizado contrastam a fraternidade

8. O horizonte da fraternidade apela ao crescimento em plenitude de todo o homem e mulher. As justas ambições duma pessoa, sobretudo se jovem, não devem ser frustradas nem lesadas; não se lhe deve roubar a esperança de podê-las realizar. A ambição, porém, não deve ser confundida com prevaricação; pelo contrário, é necessário competir na mútua estima (cf. Rm 12, 10). Mesmo nas disputas, que constituem um aspecto inevitável da vida, é preciso recordar-se sempre de que somos irmãos; por isso, é necessário educar e educar-se para não considerar o próximo como um inimigo nem um adversário a eliminar.

A fraternidade gera paz social, porque cria um equilíbrio entre liberdade e justiça, entre responsabilidade pessoal e solidariedade, entre bem dos indivíduos e bem comum. Uma comunidade política deve, portanto, agir de forma transparente e responsável para favorecer tudo isto. Os cidadãos devem sentir-se representados pelos poderes públicos, no respeito da sua liberdade. Em vez disso, muitas vezes, entre cidadão e instituições, interpõem-se interesses partidários que deformam essa relação, favorecendo a criação dum clima perene de conflito.

Um autêntico espírito de fraternidade vence o egoísmo individual, que contrasta a possibilidade das pessoas viverem em liberdade e harmonia entre si. Tal egoísmo desenvolve-se, socialmente, quer nas muitas formas de corrupção que hoje se difunde de maneira capilar, quer na formação de organizações criminosas – desde os pequenos grupos até àqueles organizados à escala global – que, minando profundamente a legalidade e a justiça, ferem no coração a dignidade da pessoa. Estas organizações ofendem gravemente a Deus, prejudicam os irmãos e lesam a criação, revestindo-se duma gravidade ainda maior se têm conotações religiosas.

Penso no drama dilacerante da droga com a qual se lucra desafiando leis morais e civis, na devastação dos recursos naturais e na poluição em curso, na tragédia da exploração do trabalho; penso nos tráficos ilícitos de dinheiro como também na especulação financeira que, muitas vezes, assume caracteres predadores e nocivos para inteiros sistemas económicos e sociais, lançando na pobreza milhões de homens e mulheres; penso na prostituição que diariamente ceifa vítimas inocentes, sobretudo entre os mais jovens, roubando-lhes o futuro; penso no abomínio do tráfico de seres humanos, nos crimes e abusos contra menores, na escravidão que ainda espalha o seu horror em muitas partes do mundo, na tragédia frequentemente ignorada dos emigrantes sobre quem se especula indignamente na ilegalidade. A este respeito escreveu João XXIII: «Uma convivência baseada unicamente em relações de força nada tem de humano: nela vêem as pessoas coarctada a própria liberdade, quando, pelo contrário, deveriam ser postas em condição tal que se sentissem estimuladas a procurar o próprio desenvolvimento e aperfeiçoamento».[17] Mas o homem pode converter-se, e não se deve jamais desesperar da possibilidade de mudar de vida. Gostaria que isto fosse uma mensagem de confiança para todos, mesmo para aqueles que cometeram crimes hediondos, porque Deus não quer a morte do pecador, mas que se converta e viva (cf. Ez 18, 23).

No contexto alargado da sociabilidade humana, considerando o delito e a pena, penso também nas condições desumanas de muitos estabelecimentos prisionais, onde frequentemente o preso acaba reduzido a um estado sub-humano, violado na sua dignidade de homem e sufocado também em toda a vontade e expressão de resgate. A Igreja faz muito em todas estas áreas, a maior parte das vezes sem rumor. Exorto e encorajo a fazer ainda mais, na esperança de que tais acções desencadeadas por tantos homens e mulheres corajosos possam cada vez mais ser sustentadas, leal e honestamente, também pelos poderes civis.

A fraternidade ajuda a guardar e cultivar a natureza

9. A família humana recebeu, do Criador, um dom em comum: a natureza. A visão cristã da criação apresenta um juízo positivo sobre a licitude das intervenções na natureza para dela tirar benefício, contanto que se actue responsavelmente, isto é, reconhecendo aquela «gramática» que está inscrita nela e utilizando, com sabedoria, os recursos para proveito de todos, respeitando a beleza, a finalidade e a utilidade dos diferentes seres vivos e a sua função no ecossistema. Em suma, a natureza está à nossa disposição, mas somos chamados a administrá-la responsavelmente. Em vez disso, muitas vezes deixamo-nos guiar pela ganância, pela soberba de dominar, possuir, manipular, desfrutar; não guardamos a natureza, não a respeitamos, nem a consideramos como um dom gratuito de que devemos cuidar e colocar ao serviço dos irmãos, incluindo as gerações futuras.

De modo particular o sector produtivo primário, o sector agrícola, tem a vocação vital de cultivar e guardar os recursos naturais para alimentar a humanidade. A propósito, a persistente vergonha da fome no mundo leva-me a partilhar convosco esta pergunta: De que modo usamos os recursos da terra? As sociedades actuais devem reflectir sobre a hierarquia das prioridades no destino da produção. De facto, é um dever impelente que se utilizem de tal modo os recursos da terra, que todos se vejam livres da fome. As iniciativas e as soluções possíveis são muitas, e não se limitam ao aumento da produção. É mais que sabido que a produção actual é suficiente, e todavia há milhões de pessoas que sofrem e morrem de fome, o que constitui um verdadeiro escândalo. Por isso, é necessário encontrar o modo para que todos possam beneficiar dos frutos da terra, não só para evitar que se alargue o fosso entre aqueles que têm mais e os que devem contentar-se com as migalhas, mas também e sobretudo por uma exigência de justiça e equidade e de respeito por cada ser humano. Neste sentido, gostaria de lembrar a todos o necessário destino universal dos bens, que é um dos princípios fulcrais da doutrina social da Igreja. O respeito deste princípio é a condição essencial para permitir um acesso real e equitativo aos bens essenciais e primários de que todo o homem precisa e tem direito.

Conclusão

10. Há necessidade que a fraternidade seja descoberta, amada, experimentada, anunciada e testemunhada; mas só o amor dado por Deus é que nos permite acolher e viver plenamente a fraternidade.

O necessário realismo da política e da economia não pode reduzir-se a um tecnicismo sem ideal, que ignora a dimensão transcendente do homem. Quando falta esta abertura a Deus, toda a actividade humana se torna mais pobre, e as pessoas são reduzidas a objecto passível de exploração. Somente se a política e a economia aceitarem mover-se no amplo espaço assegurado por esta abertura Àquele que ama todo o homem e mulher, é que conseguirão estruturar-se com base num verdadeiro espírito de caridade fraterna e poderão ser instrumento eficaz de desenvolvimento humano integral e de paz.

Nós, cristãos, acreditamos que, na Igreja, somos membros uns dos outros e todos mutuamente necessários, porque a cada um de nós foi dada uma graça, segundo a medida do dom de Cristo, para utilidade comum (cf. Ef 4, 7.25; 1 Cor 12, 7). Cristo veio ao mundo para nos trazer a graça divina, isto é, a possibilidade de participar na sua vida. Isto implica tecer um relacionamento fraterno, caracterizado pela reciprocidade, o perdão, o dom total de si mesmo, segundo a grandeza e a profundidade do amor de Deus, oferecido à humanidade por Aquele que, crucificado e ressuscitado, atrai todos a Si: «Dou-vos um novo mandamento: que vos ameis uns aos outros; que vos ameis uns aos outros assim como Eu vos amei. Por isto é que todos conhecerão que sois meus discípulos: se vos amardes uns aos outros» (Jo 13, 34-35). Esta é a boa nova que requer, de cada um, um passo mais, um exercício perene de empatia, de escuta do sofrimento e da esperança do outro, mesmo do que está mais distante de mim, encaminhando-se pela estrada exigente daquele amor que sabe doar-se e gastar-se gratuitamente pelo bem de cada irmão e irmã.

Cristo abraça todo o ser humano e deseja que ninguém se perca. «Deus não enviou o seu Filho ao mundo para condenar o mundo, mas para que o mundo seja salvo por Ele» (Jo 3, 17). Fá-lo sem oprimir, sem forçar ninguém a abrir-Lhe as portas do coração e da mente. «O que for maior entre vós seja como o menor, e aquele que mandar, como aquele que serve – diz Jesus Cristo –. Eu estou no meio de vós como aquele que serve» (Lc 22, 26-27). Deste modo, cada actividade deve ser caracterizada por uma atitude de serviço às pessoas, incluindo as mais distantes e desconhecidas. O serviço é a alma da fraternidade que edifica a paz.

Que Maria, a Mãe de Jesus, nos ajude a compreender e a viver todos os dias a fraternidade que jorra do coração do seu Filho, para levar a paz a todo o homem que vive nesta nossa amada terra.

Vaticano, 8 de Dezembro de 2013.

FRANCISCUS


[1]Cf. Carta enc. Caritas in veritate (29 de Junho de 2009), 19: AAS 101 (2009), 654-655.

[2]Cf. Francisco, Carta enc. Lumen fidei (29 de Junho de 2013), 54: AAS 105 (2013), 591-592.

[3]Cf. Paulo VI, Carta enc. Populorum progressio (26 de Março de 1967), 87: AAS 59 (1967), 299.

[4]Cf. João Paulo II, Carta enc. Sollicitudo rei socialis (30 de Dezembro de 1987), 39: AAS 80 (1988), 566-568.

[5]Carta enc. Populorum progressio (26 de Março de 1967), 43: AAS 59 (1967), 278-279.

[6]Cf. ibid., 44: o. c., 279.

[7]Carta enc. Sollicitudo rei socialis (30 de Dezembro de 1987), 38: AAS 80 (1988), 566.

[8] Ibid., 38-39: o. c., 566-567.

[9] Ibid., 40: o. c., 569.

[10] Ibid., 40: o. c., 569.

[11]Cf. Carta enc. Caritas in veritate (29 de Junho de 2009), 19: AAS 101 (2009), 654-655.

[12] Summa theologiae, II-II, q. 66, a. 2.

[13] Conc. Ecum. Vat. II, Const. past. sobre a Igreja no mundo contemporâneo Gaudium et spes, 69; cf. Leão XIII, Carta enc. Rerum novarum (15 de Maio de 1891), 19: ASS 23 (1890-1891), 651; João Paulo II, Carta enc. Sollicitudo rei socialis (30 de Dezembro de 1987), 42: AAS 80 (1988), 573-574; Pont. Conselho «Justiça e Paz», Compêndio da Doutrina Social da Igreja, 178.

[14] Carta enc. Redemptor hominis (4 de Março de 1979), 16: AAS 61 (1979), 290.

[15]Cf. Pont. Conselho «Justiça e Paz», Compêndio da Doutrina Social da Igreja, 159.

[16] Francisco, Carta ao Presidente Vladimir Putin (4 de Setembro de 2013): L’Osservatore Romano (ed. portuguesa de 8/IX/2013), 5.

[17] Carta enc. Pacem in terris (11 de Abril de 1963), 17: AAS 55 (1963), 265.

 


“Los que dicen que se politiza la Justicia son los que usan la Justicia para hacer política”

Por Victoria Ginzberg

Imagen: Rafael Yohai

Imagen: Rafael Yohai

Félix Crous es el titular de una de las nuevas unidades fiscales creadas por la procuradora Alejandra Gils Carbó, la Procuraduría Adjunta de Narcocriminalidad (Procunar). Antes, Esteban Righi lo puso al frente de una Unidad de Asistencia para las causas vinculadas con el terrorismo de Estado. Y antes todavía, fue fiscal ad hoc para el juicio por la Verdad que llevaba adelante la Cámara Federal de La Plata. Hoy, además, es uno de los referentes de Justicia Legítima, el espacio que busca modificar los aspectos más corporativos y conservadores en el interior del Poder Judicial. Crous cree que la denuncia judicial del senador radical Mario Cimadevilla, que cuestionó las designaciones de fiscales subrogantes y ad hoc y la creación de las procuradurías, está relacionada con el intento de frenar los juicios contra los represores de la última dictadura. “No me olvido que en este momento (el empresario Carlos Pedro) Blaquier, una de las personas más poderosas de este país, está sometido a un encausamiento por un proceso que logró destrabar un fiscal ad hoc de Jujuy”, advierte. Señala también que “los que dicen que se politiza la Justicia son los que usan la Justicia para hacer política. A la Justicia ya la politizaron ellos, al usarla como lugar donde dirimen todas las cuestiones que en las porfías políticas pierden”.

Luego de asumir como procuradora, Gils Carbó creó algunas nuevas fiscalías especiales para potenciar las áreas que consideraba necesario privilegiar. A las unidades creadas por Righi para ayudar y coordinar los juicios vinculados a los delitos de lesa humanidad le agregó un área específica para la búsqueda de niños apropiados durante la última dictadura. Y estableció, entre otras dependencias, la Procuraduría Adjunta de Narcocriminalidad (Procunar), la Procuraduría sobre Violencia Institucional (Procuvin), la Procuraduría sobre Trata de Personas y la Procuraduría de Criminalidad Económica y Lavado de Activos (Procelac). Algunas de estas decisiones y designaciones de fiscales subrogantes o ad hoc fueron las que cuestionó Cimadevilla. En especial, apuntó contra Carlos Gonella, a cargo de la Procelac, que intervino en el expediente en el que luego quedó imputado el empresario Lázaro Báez. El juez federal Sebastián Casanello desestimó la denuncia al considerar que Gils Carbó actuó dentro de lo establecido en la ley del Ministerio Público y que el mecanismo de designar subrogantes y fiscales ad hoc fue usado por los antecesores de la procuradora en el cargo. El fiscal Guillermo Marijuán, que había impulsado la investigación, se opuso a que el caso se cerrara y apeló la decisión del magistrado. “Esto puede obedecer a distintas razones, más chiquitas o más complejas, pero todas miserables”, critica Crous.

–¿Cómo evalúa la denuncia sobre los nombramientos en las nuevas procuradurías y los fiscales subrogantes o ad hoc?

–Uno no puede creer que alguien seriamente haya creído que los nombramientos cuestionados eran irregulares. Lo de (el senador Mario) Cimadevilla es otro asunto, él puede creerlo o no, pero es más fácil entender la postura política de parte de un senador. Ahora, lo del fiscal que impulsa la acción es difícil de explicar, porque además él estuvo al frente de una unidad fiscal, la Unidad de Anses. Muchos de los fiscales que cuestionaron estos nombramientos han tenido fiscales ad hoc que los representaban en audiencias. Es un asunto consentido por la Cámara de Casación, ante quien yo, como fiscal de derechos humanos, titular de una Unidad, actué solo y tuve expresamente la potestad de actuar con la aquiescencia expresa del fiscal ante la Cámara de Casación.

–¿Eso fue antes de la gestión de Gils Carbó?

–Fue una de mis últimas intervenciones importantes en la Unidad de Derechos Humanos. Fue sobre un recurso de prisiones domiciliarias no revocadas de los represores Hipólito Mariani y César Miguel Comes. No sé si estaba o no Gils Carbó, pero no existía este despelote. Lo menciono por poner un ejemplo de que esto era conocido y admitido por las máximas jerarquías del Poder Judicial. Viene instrumentándose desde hace 15 años, tanto en las fiscalías como en la Defensoría. Fue cuestionado en unas pocas oportunidades sin suerte por los abogados de los represores.

–¿Estos planteos fueron resueltos en expedientes concretos?

–Por lo menos tres veces que recuerde. Una en la causa sobre el plan sistemático de apropiación de menores, otra la planteó el represor Eduardo Ruffo y otra contra mí. Y en otras oportunidades en otras jurisdicciones del país. Contra mí lo plantearon cuando estaba en La Plata en 2002.

–¿Por haberlo nombrado ad hoc para los juicios por la verdad?

–Sí. Ese tema está recontrarresuelto. En ese momento, fue plantado por un fiscal de La Plata, no por un defensor. Ahora, hay un trasfondo en esto que para mí es central. Esto puede obedecer a distintas razones, más chiquitas o más complejas, pero todas miserables. Sin duda, es una movida vinculada y promovida a favor de la chance de bajar los juicios de lesa humanidad. No me olvido que en este momento (el empresario Carlos Pedro) Blaquier, una de las personas más poderosas de este país, está sometido a un encausamiento por un proceso que logró destrabar un fiscal ad hoc de Jujuy, que es Pablo Pelazzo, en una jurisdicción donde toda la Justicia fue su defensora y donde el Ministerio Público tuvo que ponerse como vanguardia para hacer lo que el Poder Judicial no hizo, hablo del juez Olivera Pastor, de la Cámara Federal de Salta… Esto tiene un sentido político nefasto y de mayor alcance. Los medios involucrados, los grupos económicos involucrados en la difusión mediática de esta postura también lo hacen en defensa propia. Lo que me pregunto es por qué lo hacen los fiscales.

–¿Puede haber una cuestión de celos, entre fiscales que a lo mejor no se sintieron considerados por la procuradora?

–Debe haber un poco de cada cosa. Yo conozco a los fiscales e idiotas útiles no hay ninguno. Utiles puede ser, idiotas no.

–¿Pero hay resistencias internas entre los fiscales a algunas políticas de Gils Carbó?

–Absolutamente. De algunos pocos fiscales. Es lo que está sucediendo. La mayoría ya trabaja coordinadamente y con entusiasmo con las procuradurías, al menos con la que yo conduzco, que fueron creadas para que todos trabajemos mejor.

–¿Resistencia a qué concretamente?

–Al cambio. Cuando digo al cambio, lo digo por lo siguiente: se viene sosteniendo desde hace veinte años que el Ministerio Público debe sufrir modificaciones importantes. Pasar a un sistema acusatorio, modernizar la estructura interna, una organización en la que los fiscales trabajen en equipo, se especialicen, sean más eficaces. Esto implica también terminar con las quintitas, los pequeños ducados y condados de la feudalización del Ministerio Público, donde cada uno en su islita tiene su poder propio, su negociación propia, arma sus alianzas, sus viajes y también así sus enlaces de intereses. El proyecto de un Ministerio Público que logre lo que tan fácilmente se declama, que es la coherencia interna y la unidad de actuación, ese ministerio público no tiene nada que ver con fiscales que actúan como jueces, como células aisladas incoordinadas. Hay un fenómeno paradojal. Se habla del poder que tiene el jefe o jefa de los fiscales, que es el procurador, ahora, cuando el procurador efectivamente funciona como cabeza del Ministerio Público, como jefe de los fiscales y pretende dar un diseño institucional, crear una política criminal, generar las instrucciones para que esa política criminal se cumpla, supervisar la actuación, auditar, es tiránico y autoritario. ¿Es el jefe o no es el jefe de los fiscales? ¿Es peligroso o es inocuo? La cuestión es evidente: se generan resistencias por las cosas que se hacen bien.

–A Abel Córdoba, otro de los fiscales nombrados en una procuraduría especial, le prohibieron entrar a una cárcel de Córdoba y lo denunciaron…

–Abel Córdoba hizo en quince días por la dignidad de las personas privadas de la libertad más que todo el Ministerio Público en cien años. Literalmente, con sus visitas a Mendoza, al Chaco y a Córdoba. Sumo al fiscal Adrián García Lois, que ganó un hábeas corpus que había interpuesto juntamente con un defensor en Neuquén. El artículo 25 de la ley orgánica del Ministerio Público manda velar por la salud y la dignidad de las personas privadas de su libertad. Lo denuncia la ministra de una provincia que hace poco fue denunciada por tener un manicomio en condiciones de centro clandestino. Fue un funcionario federal a una cárcel provincial –tiene presos federales– a verificar una cuestión para la que tiene potestades por una ley federal, por la resolución que crea la Procuvin y también porque los hechos de violaciones a los derechos humanos generan responsabilidad para la Nación aunque el hecho generador lo provoque la provincia. Es una visita sorpresiva. Decenas de presos le cuentan que son torturados con cadenas, atados y drogados. Encuentra las cadenas, se lleva los elementos de tortura que estaban ocultos y la ministra de Justicia denuncia al funcionario federal. ¿Qué reclama? ¿Reclama las facultades indelegables de torturar presos en las provincias? Esta situación es demencial.

–Parece haber una tendencia creciente a judicializar decisiones políticas. Por ejemplo, se presentó una denuncia contra el presidente de la Corte por enviar al Congreso una carta con un párrafo menos. Una carta que le entregaron otros jueces y que al parecer incluso él mismo había escrito…

–La primera reflexión es que los que dicen que se politiza la Justicia son los que usan la Justicia para hacer política. A la Justicia ya la politizaron ellos, al usarla como lugar donde dirimen todas las cuestiones que en las porfías políticas pierden. También muestra lo barato que es litigar para quienes no lo necesitan y lo caro que es para los que sí lo necesitan. Es una falta de respeto al uso racional de un servicio público.

–Ahora se van a presentar amparos contra las leyes de reforma judicial…

–Ningún juez que forme parte de la Asociación de Magistrados puede resolver un amparo contra la modificación del Consejo de la Magistratura porque la Asociación ya se pronunció en contra.

–¿Y qué pasa con los magistrados que forman parte de Justicia Legítima?, ¿también prejuzgaron?

–Lo que sucede es que las leyes se presuponen legítimas. Lo excepcional es su declaración de inconstitucionalidad. Cuando alguien sostiene, en esta disputa sobre los modelos de Justicia, que una ley sancionada por el Congreso le agrada, no hace más que acompañar la presunción de legitimidad que la ley tiene. En todo caso, los que claramente no se han pronunciado son los conjueces nombrados por la ley de subrogancias.

–Justicia Legítima se pronunció en contra de que la Corte mantenga el control de los fondos. ¿No acuerdan con el planteo de que la administración del Consejo provocaría una parálisis en la Justicia?

–La Corte tarda años en resolver los casos judiciales. Por ejemplo, según se publicó el viernes, en una cuestión de competencia tardó tres años. Tarda tiempos absurdos en resolver asuntos, ¿Por qué vamos a pensar que va a ser eficiente como gestionador de las funciones administrativas? A menos que lo haga a costa de su tarea específica… Además, el artículo 114 lo dice claramente. Fíjense el nivel de hipocresía de los muchachos defensores de la república no democrática. Dicen que el 114 hay que interpretarlo literalmente cuando dice cómo se eligen los jueces, pero parece que vale menos cuando dice que el Consejo de la Magistratura es el órgano de administración y gobierno del Poder Judicial, ahí no está en juego la república, pero con lo otro sí. Es el mismo artículo, son dos renglones de diferencia.

–En términos generales, la reforma como se fue aprobando, ¿es buena, regular o mala?

–Para mí es muy buena y tiene algunos asuntos formidables, algunos menos vistos que son muy importantes, como la interdisciplinariedad en el proceso de elección de los magistrados. Eso tiene a largo plazo una potencia transformadora impresionante, porque incidirá sobre las condiciones subjetivas del juez y el consejero profesional no abogado tendrá capacidad, como en todo colegiado, de incidir en los otros electores. La elección popular es por definición descorporativizadora. Hay un profundo desprecio por parte del conservadurismo judicial por sus conciudadanos. Del acceso a los trabajadores judiciales ni hablar, es imprescindible… Hay un tema que ha tenido menos visibilidad, que es el de la capacidad del pleno del Consejo de la Magistratura nuevo de convocar concursos previos para cubrir las vacantes y subrogancias inmediatamente que se produzcan y evitar la corruptela de tener semijueces que saltan del mostrador, de ser abogados, al otro lado. Son jueces que no saben ser jueces o están atados por los intereses de cuando ejercían la profesión, que terminan su mandato y vuelven a ser defensores y han hecho estragos, por ejemplo en causas de derechos humanos.

–¿Por qué hay una resistencia del gremio al acceso igualitario?

–De la conducción del gremio. Me consta que los trabajadores judiciales no resisten esta reforma del modo en que lo resiste la conducción del gremio. Lo digo, lamentablemente, porque por Julio Piumato tengo respeto y cariño y valoro su trayectoria, pero me parece que acá está jugado a una interna política más grande, que es el encuadramiento de la CGT de Moyano y las posiciones que en este tiempo tiene, claramente es una posición opositora. Ha llevado el gremio a esta situación absurda de oponerse a cosas que siempre reclamó. Nadie dice que el gremio va a quedar afuera del mecanismo de selección, esto no fue reglamentado todavía. Esta es la mesa de enlace judicial. Si un gremio es aplaudido por la patronal que siempre lo despreció, yo me preguntaría si está en el camino correcto. Nada de esto perjudica a los trabajadores judiciales, sobre todo a los futuros trabajadores. A menos que se esté defendiendo el derecho de ser trabajador judicial por acomodo. Hay un lockout patronal que garantiza el paro e incluye hostilidades contra los que no quieren parar. Igual, para los judiciales, no laburar con la habilitación de tus jefes te garantiza un paro impecable. La vieja y rancia familia judicial consigue un doble beneficio con esta posición del sindicato: un aliado impensable en su resistencia a la democratización, sindicato que a su vez se quiebra o debilita por esta alianza. Sólo pierden los trabajadores.

–En términos de reforma, ¿qué faltaría? Ya sea que lo deba implementar el Ejecutivo, o desde adentro del Poder Judicial.

–Hay que insistir con la conducción de los recursos por parte del nuevo Consejo de la Magistratura. Hay algunas cosas más finitas que no merecen ser nombradas en el marco macro, pero el tema de los recursos y de la gestión siempre ha sido de difícil resolución en el Poder Judicial, ya sea por ineptitud o interés. Cuando la cosa está desprofesionalizada nadie controla. Nadie controla qué pasa con los bienes incautados, qué pasa con la gestión de los bienes de las personas que están sometidas a insania. Donde hay dinero, hay una zona bien vidriosa. Hay que insistir con que la Corte tenga sólo facultades jurisdiccionales y haya un organismo de gestión y gobierno, como en todos los lugares del mundo, que no sea la Corte. Y lo segundo es avanzar rápidamente hacia sistemas procesales que acompañen estos cambios organizacionales, que oralicen todo lo oralizable, que en la Justicia penal les saquen a los jueces la misión ambigua de ser jueces y fiscales, dependiendo del humor con que se hayan levantado ese día y que el Ministerio Público tenga la conducción del proceso penal. Y que todo lo que sea pasible de ser incorporado por jueces del pueblo se incorpore, como resolución de conflictos vecinales. Hay que involucrar directamente al pueblo en la resolución de los conflictos porque la cuestión jurídica no es una disciplina hermética. Hacer justicia no es patrimonio de iniciados ni de hechiceros de la tribu. En las culturas antiguas eran los más ancianos y los más sabios, no los magos, los que hacían justicia. Los magos hacían otra cosa, curaban a los enfermos, pero no justicia. Resolver conflictos no es una misión que exija erudición. En muchos casos esa erudición oculta la ineptitud para hacer justicia. Hacer justicia exige otros cuantos valores que son difíciles de encontrar en muchos jueces.

Crisis. Para que los privilegios no lleguen a todos por igual

por Julio García-Casarubbios Sanz

Sí. Muy curioso. ¿Se acuerdan cuando todos sabíamos que la burbuja en la que nos habían metido las cabezas pensantes del poder financiero, no podía sostenerse? Todos sabíamos que en cualquier momento iba a reventar. Y reventó. Ahora todos sabemos que sin políticas de crecimiento, no solamente que no saldremos de la crisis, sino que cada día la sociedad está dando pasos atrás en su bienestar, en su calidad de vida. Cuanto más tardemos en salir de la crisis, en peores condiciones va vivir la sociedad del futuro.

Curioso. Sí. Todos sabíamos que la burbuja iba a reventar y no se hizo nada por evitarlo. Todos sabemos que sin políticas de crecimiento no salimos de la encrucijada. Estamos convencidos de que así nos dirigimos al hundimiento y a la desigualdad social. Pero nadie lo evita. Nadie pone las medidas para compaginar la austeridad con el crecimiento. Austeridad sin crecimiento, igual a ruina total.

Pero, ¿por qué vuelve a pasar lo mismo? ¿Por qué sabiendo lo que ocurre seguimos empecinados? Solo se me ocurren dos razones. No hay líderes políticos que, con coraje y absoluta independencia, puedan decir: ¡Hasta aquí! Y la otra, tan o más evidente: hay una clase política y financiera convencida ideológicamente de que el bienestar social no es sostenible de forma universal. Las cabezas pensantes dedicadas a poner de vez en cuando un freno para que los privilegios no lleguen a todos por igual, porque sería, según ellos, la ruina del sistema. ¡Lo de siempre!