La crisis brasileña amenaza los Juegos Olímpicos Río 2016

A 100 días de la inauguración de la Olimpiada, la corrupción política, la recesión económica y la incertidumbre se ciernen sobre la organización del evento.

 

 

“Han crecido las críticas de la OEA, Unasur, algunos países ven con reservas el proceso brasileño. Y es probable que muchos líderes no quieran venir a participar de los Juegos”

 

AFP – Nubarrones cargados de impeachment (proceso de destitución), corrupción política, recesión económica e incertidumbre se ciernen sobre los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro, que se celebrarán dentro de cien días.
Nadie duda de que los Juegos se realizarán, la duda está en saber en qué condiciones.

“Estos Juegos Olímpicos serán un mensaje de esperanza en tiempos difíciles”, dijo el presidente del COI, Thomas Bach, antes del encendido del fuego olímpico en Grecia.

A todo esto, ¿será Dilma Rousseff presidenta? ¿Las obras olímpicas estarán salpicadas de la corrupción de Petrobras? ¿Habrá manifestaciones? ¿Más desempleo? Muchas preguntas, con un horizonte ciertamente oscuro.

Actualmente, el Senado se apresta a votar, con un alto grado de probabilidad, la apertura de un juicio de destitución de Dilma Rousseff, a mediados de mayo, por presunta manipulación de las cuentas públicas.

La mandataria sería en ese caso apartada del cargo, dejando a su vicepresidente centrista Michel Temer con la responsabilidad de inaugurar los Juegos que Luiz Inácio Lula da Silva, ícono de la izquierda latinoamericana, había conquistado en 2009.

Rousseff, del izquierdista Partido de los Trabajadores (PT), fue abucheada durante la apertura del Mundial-2014.

Temer tiene bajísimos índices de aprobación (1% a 2% de intención de voto, según Datafolha) y podría verse obligado a sufrir el mismo agravio. Pero probablemente tampoco sea recibido con los brazos abiertos por la comunidad internacional, explicó a la AFP Michael Mohallen, doctor en derecho público y profesor de la universidad FGV.

“Han crecido las críticas de la OEA, Unasur, algunos países ven con reservas el proceso brasileño. Y es probable que muchos líderes no quieran venir a participar de los Juegos”, afirmó.

¿Riesgo de manifestaciones?

Rousseff denuncia el impeachment como un intento de “golpe de Estado” institucional, orquestado por el “conspirador” Temer. El PT ha dicho que en caso de que sustituya a Rousseff, llevará “la lucha a la calle”, levantando el fantasma de las masivas manifestaciones de 2013 contra los gastos en el Mundial y en demanda de mejores servicios públicos. Actualmente, las marchas a favor o en contra de Rousseff ocupan más a los brasileños que los preparativos de los Juegos. Michael Mohallen descarta que el PT llame a manifestar contra los Juegos, pues siempre fue muy crítico de las manifestaciones contra la Copa del Mundo.

La crisis brasileña

Economía El PIB brasileño se desplomó 3,8% en 2015, su mayor caída en 25 años, y el mercado y el FMI estiman que la contracción será de igual magnitud en 2016.
Impacto La crisis tiene gran impacto en el estado de Río, donde la falta de liquidez llevó a atrasos en el pago de salarios de funcionarios públicos, como policías, así como de sus jubilados, que ya han manifestado en las calles.
Futuro Más de 30.000 trabajadores de las obras olímpicas pasarán a engrosar el desempleo del país (6,8% a fines de 2015) que intenta sobrevivir al aguacero de la crisis, en medio de una tormenta política de pronóstico reservado.

El Senado brasileño conforma comisión para el juicio político

El Senado brasileño conformó ayer la comisión especial que analizará el proceso de destitución de la presidenta Dilma Rousseff, inicio de una deliberación que podría apartarla del cargo en pocas semanas.

Tras una derrota apabullante en la Cámara de Diputados el 17 de abril, la eventual continuidad del impeachment (proceso de destitución) será analizada por una comisión de 21 senadores -que tendrán hasta diez días útiles para llegar a una conclusión y recomendarla al pleno del Senado. Si la mayoría de los senadores ratifica la decisión de Diputados -en una votación prevista para mediados de mayo- Rousseff perderá la presidencia transitoriamente por hasta 180 días a la espera de una sentencia definitiva, mientras se desarrolla el juicio propiamente dicho.

Quien asumiría la jefatura del Estado es el vicepresidente Michel Temer, acusado por la propia presidenta Rousseff de haberla traicionado y de conspirar en su contra articulando entre bastidores el gabinete de un eventual gobierno.

Reelecta en 2014 por un estrecho margen, Dilma Rousseff debería concluir su mandato en 2018, pero su desgaste político, la recesión económica y el escándalo de corrupción en la estatal Petrobras dieron forma a una crisis política que terminó paralizando su segundo gobierno, iniciado hace 15 meses.

Sus detractores la acusan de maquillar las cuentas públicas en año electoral, algo que ella desmiente alegando que incurrió en prácticas contables legales y utilizadas por sus antecesores. Rousseff y su Partido de los Trabajadores (PT) sostienen que son víctimas de un “golpe” parlamentario orquestado por la oposición y el centrista PMDB, exaliado clave de Rousseff durante los últimos cinco años, pero que en marzo decidió abandonar la coalición de gobierno y precipitó una desbandada de otros partidos en el Congreso.

Dilma Rousseff defiende que no existe ninguna investigación por corrupción en su contra, al tiempo que numerosos legisladores favorables a destituirla enfrentan procesos legales.

(Transcrito Diário Página Siete/ Bolívia)

Brasil: El sombrío escenario del post-impeachment

por Fernando de la Cuadra /Alai

Después del triste espectáculo protagonizado por la Cámara de diputados que dio luz verde para la admisibilidad del proceso de impeachment, ahora es el senado quien debe decidir si aprueba o rechaza la apertura del proceso. La previsión es que ello sucederá el día 11 de mayo. La oposición ya cuenta con más 41 votos favorables para la casación del mandato de la presidenta, por lo que es altamente probable que Dilma Rousseff sea apartada del cargo por 180 días, lugar que asumirá el actual vice-presidente Michel Temer, un personaje que ha conspirado entre bambalinas la destitución de la mandataria. De una mera figura decorativa se ha transformado en el principal instigador del golpe institucional y parlamentario que se cierne sobre el país.

A pesar de todos los argumentos que pueda esgrimir la oposición, es indiscutible que lo que se encuentra en curso es un golpe político disfrazado de procedimiento jurídico, impulsado por quienes perdieron las elecciones y por otros aspirantes al poder que nunca lo conseguirían por medio del escrutinio popular. Ello quedó aún más evidencia a partir de una exposición secuencial de los motivos más bizarros invocados por los diputados que votaron a favor del impedimento: Dios, la familia cuadrangular, el cumpleaños de la nieta, la paz de Jerusalén, el sector agropecuario, etc.

De consumarse el golpe, un primer escenario que se vislumbra a más corto plazo, es que Michel Temer asumirá interinamente la presidencia, mientras concluye el proceso contra Dilma Rousseff. La previsión es que una absolución o condenación definitiva (en este caso se requieren 54 de 81 votos) recién sea realizada a mediados de septiembre -antes de las elecciones municipales del 2 de octubre- periodo en el cual pueden ocurrir muchas cosas. Aunque existen algunas razonables incertezas, por la actual composición del senado y por el efecto estampida que se observó en la Cámara, todo parece indicar que la tendencia es que la presidenta sea condenada y automáticamente destituida, asumiendo Michel Temer el cargo de presidente en forma definitiva hasta concluir el mandato en diciembre de 2018. Además de la casación, Dilma Rousseff quedaría inhabilitada durante ocho años para ejercer cualquier tipo de función pública.

Asimismo, el propio Michel Temer tampoco está libre de ser objeto de otro proceso de impedimento en su contra. En efecto, ya existe un proceso derivado de una acción popular que se encuentra estacionada en la Cámara en espera de una resolución de admisibilidad por parte de su presidente. Este recurso se sustenta en el hecho de que cuando ocupó interinamente el cargo de presidente por ausencia de la mandataria, Michel Temer también firmó algunas resoluciones que constituyeron “pedaladas fiscales”, es decir, existen fuertes indicios de que igualmente incurrió en crimen de responsabilidad fiscal.

Por otra parte, existe la posibilidad de que sea sancionado próximamente un parecer del Supremo Tribunal Electoral (TSE) que debe impugnar la chapa Rousseff-Temer por financiamiento ilícito de la campaña presidencial de 2014. Si este proceso se sanciona antes de la primera mitad del actual mandato (diciembre de 2016), se anula la chapa vencedora de la última elección y asume interinamente el presidente de la Cámara, Eduardo Cunha, que deberá convocar a nuevas elecciones en un plazo de 90 días. Si la casación ocurre a partir de la segunda mitad de mandato, la elección del nuevo mandatario o mandataria es realizada indirectamente por el Congreso Nacional. En esta hipótesis y considerando el conservadurismo y la baja índole moral del actual Congreso, no es para nada remota la posibilidad de que el escogido sea aun peor que Michel Temer y su cuadrilla del PMDB. El propio Eduardo Cunha, un personaje siniestro y declarado reo por el Supremo Tribunal Federal (STF) por innumerables casos de corrupción, puede llegar a ser, en función de sus articulaciones, el próximo presidente de Brasil. Esta posibilidad representa un futuro más que tenebroso para el país.

Además existe la alternativa de la renuncia inmediata de la presidenta y la convocación a nuevas elecciones. Pero a juzgar por las declaraciones de sus asesores y de la propia mandataria, la defensa de su inocencia va a ser llevada a cabo hasta la instancia final del juicio en su contra. De igual manera, Michel Temer también puede renunciar en caso de asumir la presidencia y llamar a nuevas elecciones. Ello va a depender de la vulnerabilidad que tenga, ya sea por los problemas de legitimidad que pesan en su contra, por una escalada de movilizaciones populares y una consecuente situación de ingobernabilidad en todo el país o por el avance del proceso de inhabilitación en su contra que lo dejaría inmune a una alta inestabilidad jurídica y administrativa.

Lamentablemente todos estos posibles escenarios permiten augurar que Brasil continuará sumergido en una crisis política profunda, a la que se viene a sumar una recesión económica grave y una casi completa falta de credibilidad moral y ética en la clase política y empresarial. Lo más previsible es que Brasil sea palco de muchas manifestaciones de protesta y descontento en un clima de creciente conflictividad, que ni siquiera la próxima Olimpiada podrá atenuar. Sin embargo, pensando dialécticamente, ello también puede representar una oportunidad para que las fuerzas progresistas se unan en torno a un amplio bloque histórico que impulse un proyecto de transformación con el fin de preservar y superar las conquistas ya alcanzadas.

Fernando de la Cuadra
Doctor en Ciencias Sociales. Editor del Blog Socialismo y Democracia.

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Lula: Tenemos todas las condiciones para discutir el futuro. Por eso me gustaría que ningún país retrocediera. Que en este caso la Argentina no retrocediera. Por eso quiero la victoria del candidato que vea la solución en la Unasur, en el Mercosur, en la integración.

Tal como lo hizo con Néstor Kirchner en 2003, Lula decidió hacer pública su opción para las elecciones presidenciales en la Argentina y esta semana viajará a Buenos Aires para pasar varios días en actividades junto con el candidato del Frente para la Victoria. Página/12 lo entrevistó en San Pablo.

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Por Martín Granovsky

Con el pelo más canoso y fuera de la presidencia desde que terminó su segundo mandato el último día de 2010, Luiz Inácio Lula da Silva no perdió ni la sonrisa ni la emoción ni el énfasis. No está retirado de la política brasileña ni mucho menos. Tampoco de la política sudamericana: pasará casi toda esta semana en la Argentina, donde llegará para hacer su tercera apuesta pública fuerte por la candidatura de Daniel Scioli.

El ex presidente brasileño, que asumió el 1 de enero de 2003, conoce al candidato presidencial del Frente para la Victoria desde que era vice de Kirchner. Luego lo trató también como gobernador de Buenos Aires. En abril último lo recibió aquí mismo, en el Instituto Lula, una sencilla construcción entre las lomas del barrio de Ipiranga donde el presidente honorario del Partido de los Trabajadores instaló su base de operaciones. Entonces habló tres horas con Scioli y ambos encomendaron continuar con la relación a sus respectivos equipos. El de Lula, conducido por el ex secretario general de la presidencia Luiz Dulci. El de Scioli, encabezado por su secretario de relaciones internacionales Rafael Follonier, viejo amigo de Lula, de Dulci, de la presidenta Dilma Rousseff y del asesor de la presidencia Marco Aurélio García. Luego, a fines de mayo, el gobernador envió a otro miembro de su equipo, Javier Mouriño, al congreso del PT en Bahía para que entregara una carta de solidaridad. Y Lula la retribuyó mandando un mensaje de aliento en la campaña.

Esta semana, en la tercera participación del ex presidente en la política argentina, que para él es parte de la política regional, aparecerá varias veces con Scioli. Juntos irán a José C. Paz para inaugurar un UPA, una Unidad de Prevención y Asistencia en salud. Juntos irán a La Matanza para que Lula reciba dos doctorados honoris causa, uno de la universidad local y otro de la Universidad Metropolitana para la Educación y el Trabajo que conduce Nicolás Trotta. Juntos estarán con Cristina Fernández de Kirchner en una agenda que todavía está siendo supervisada en los últimos detalles por Clara Ant. Directiva del Instituto Lula, Ant ya viajó a Buenos Aires y estableció su centro de actividad en la oficina de su amigo Pablo Gentili, el secretario ejecutivo del Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales que vive en Brasil desde hace 20 años y construyó una relación de confianza política y técnica con el PT y Lula. El mismo Lula que aquí llega, abraza a su fotógrafo y documentalista Ricardo Stuckert y a su asesor de prensa José Crispiniano, se sienta, toma café, sorbe agua de su botellita y se prepara para el ping pong.

–Después de que usted se reunió con Scioli aquí mismo, trascendió una frase suya al candidato argentino: “Daniel, tenés que ganar para que la Argentina no retroceda”. ¿Fue así?

–Voy a decir una cosa de todo corazón. Voy a contestar la pregunta a corazón abierto. Tengo una relación muy digna y muy respetuosa con la Argentina. Comprendo perfectamente el papel de la Argentina. Tuve una relación extraordinaria con Néstor Kirchner, y también la tengo con Cristina. Entonces desde Brasil obviamente yo hincho para que Cristina consiga que sea elegido el sucesor que ella quiere ver en la Presidencia. Y más todavía cuando el sucesor es Scioli. Yo hincho para que Scioli gane las elecciones. Quiero que gane las elecciones alguien que quiera mantener una buena relación con Brasil. Alguien que vea a Brasil como socio y no como adversario. Que quiera acrecentar la relación comercial, política y científica entre los dos países. Por eso no debe haber retroceso. Ya sufrimos la era militar. Ya vivimos la etapa de Carlos Menem y Fernando Henrique Cardoso, cuando fueron desmontados el Estado argentino y el Estado brasileño. Después pasamos por momentos de dificultades pero más tarde vino la bienaventuranza para nuestros pueblos. Hoy el momento es difícil. Ahora tenemos que buscar más que nunca esa aproximación.

–¿De qué manera?

–No creo que fuera de América del Sur y del Mercosur tengamos mucha salida. Para volver a crecer tenemos que creer en nuestro potencial. En el potencial del mercado interno del Mercosur y de la Unasur, en la capacidad productiva, en la capacidad de nuestros intelectuales, científicos y nuestros investigadores. No podemos basarnos en la idea de que el Norte es la palanca que nos ayudará. No hay que pensar: “Tengo que ser bueno con Estados Unidos porque me va a ayudar, tengo que ser bueno con Europa porque me va a ayudar, tengo que ser bueno con China porque me va a ayudar”. No. Los primeros amigos de nosotros somos nosotros mismos. Entonces cuidémonos. No podemos hacer política del mismo modo en que usamos el celular. El celular es una desgracia.

–¿Una desgracia?

–Sí. Por más útil que sea. Distancia al que está cerca tuyo y acerca al que está lejos. Invitás a alguien a comer a tu casa. Se sienta en tu mesa, come de tu comida y toma tu vino, pero mientras agarra el celular y habla con Nueva York. Y te quedás solo. La política es lo mismo. Hagamos más política cara a cara. Brasil y la Argentina, Brasil y Venezuela, Brasil y Uruguay, y puedo nombrar a todos los países, ya hicimos todo lo que era posible para explotar nuestro potencial. En vez de filosofar, usemos a nuestros académicos para que piensen lo siguiente, en términos concretos y prácticos: ¿qué falta hacer entre nosotros? ¿Qué falta hacer en cada país? Nosotros, en cada país, ¿qué tenemos que hacer dentro nuestro para que después en forma bilateral podamos hacer algo entre los dos países? A veces pensamos que nuestra solución está en la casa del vecino. No. Ahí no. La solución está en casa. Hay que explorar el tema. Sobre todo en momentos de crisis. Escuchamos que la economía norteamericana va a crecer apenas un 2,5 por ciento, que la europea crecerá 0,5 por ciento, que la economía china bajará su crecimiento no sé cuánto. Dicen, como si fuera una novedad, que el mundo está en crisis. OK, todo bien, pero el mundo está en crisis desde el 2008. Y el mundo está en crisis por una razón. El sistema financiero ya invirtió diez billones de dólares para resolver la crisis del propio sistema financiero y no logró resolver la crisis. Si hubiera invertido la mitad de ese monto para incentivar a los países pobres del mundo tal vez hubiera tenido otra suerte y hubiese acabado con la crisis. En este momento en que todo está más difícil tenemos que pensar qué podemos hacer. Tenemos que examinar cuál es el potencial de nuestro mercado interno.

–¿El mercado interno nacional, el del Mercosur o el sudamericano?

–Hablo de todo. Solo con la sumatoria de 40 millones de argentinos y los más de 200 millones de brasileños llegamos a los 250 millones de habitantes. ¿Qué podemos hacer juntos? ¿Qué podemos flexibilizar? ¿Cuál es el potencial de ese enorme mercado interno conjunto? ¿Cómo ser pujantes otra vez? Ya una vez Brasil y la Argentina llegamos a tener 40 mil millones de dólares de flujo comercial. Es una buena cifra la de 40 mil millones. Entonces hay, como mínimo, un potencial ya experimentado para que volvamos a esa situación. Tenemos todas las condiciones para discutir el futuro. Por eso me gustaría que ningún país retrocediera. Que en este caso la Argentina no retrocediera. Por eso quiero la victoria del candidato que vea la solución en la Unasur, en el Mercosur, en la integración. Es muy importante. Voy a contar el caso de un presidente latinoamericano. Una vez un presidente de Bolivia, Goni, fue a Brasilia a conversar conmigo.

–¿Gonzalo Sánchez de Losada?

–Sí. Goni. Me dijo: “Me quiero acercar a Brasil porque durante toda la historia de Bolivia creímos que los Estados Unidos nos ayudarían”. Me dijo también: “En siglos y siglos nunca nos ayudaron, así que ahora quiero mirar hacia Brasil a ver si tenemos más suerte”. Eso hay que hacer. Creer en nosotros mismos. Por supuesto que respeto el derecho del pueblo argentino a elegir a quien quiera como presidente. Y Brasil tendrá que convivir con quien gane las elecciones en la Argentina. Pero sería extremadamente importante que gane quien tenga vocación integracionista y latinoamericanista y no quien piense que la solución está en el Norte y que el Norte será nuestro salvador.

–¿Qué falta? Hace dos años, durante una reunión en la embajada de Brasil en Buenos Aires, dijo que hacía falta una teoría de la integración.

–Sigue faltando. Pero no es lo único. Voy a contar una cosa. El 2 de abril del 2009 hicimos una reunión del G-20 en Londres. La primera cosa que se dijo allí fue que una de las formas de generar empleo y cuidar el salario era evitar el proteccionismo. Que hacía falta más comercio. Claro, ése fue el plano del discurso político. Pero inmediatamente después en la práctica cada jefe de Estado salió de ahí y comenzó a cerrar su economía. A mí me parece que el proteccionismo es un error. En los momentos de crisis debe haber más comercio, más crédito, más inversiones.

–¿A qué responden las inversiones?

–Las inversiones dependen de la credibilidad que la gente tenga en el gobierno.

–¿Cuál es su concepto de la credibilidad?

–La confianza. Y para lograr confianza hay que convencer a la gente. A todos. Para lograr confianza el Estado tiene que tener capacidad de inversión. Ahora, cuando los Estados se debilitan y tienen menor capacidad de inversión hay que apelar aún más a la sociedad. Hay que saber cuál es la capacidad de financiamiento que tiene la sociedad y qué nivel de crédito precisa. Cuando uno sabe eso se puede hacer que el pueblo vuelva a entrar en el escenario económico de cada país. Si no, ¿qué pasará? No crecerá la economía. Si la economía no crece el Estado no recauda. Si el Estado no recauda el Estado no invierte. Si el Estado no invierte los empresarios no invierten, porque no tienen confianza. Si el Estado no recauda por culpa de ese ciclo el Estado tendrá que aumentar los impuestos. Si el Estado aumenta los impuestos se debilitará políticamente. Es decir: hay toda una ingeniería que no está en los libros de economía. Porque es política. Podés juntar a diez economistas y encerrarlos en una habitación. Les planteás que hay problemas y podés pronosticar lo que te dirán: cortá, cortá, cortá, cortá…

–El famoso recorte.

–Cuando era presidente de la república me cansaba de decir que no era economista pero que adoraba a los economistas, porque cuando están fuera del gobierno saben todo. Yo aprendí economía con mi mamá, que era analfabeta. Cuando cobraba algo por un trabajo tomaba el dinero y lo ponía en sobres. Este de acá es para pagar el supermercado, éste para la cuenta de luz, éste para el agua, éste para viajar al trabajo… Si sobraba algo le daba un poco más a cada uno. ¿Cuál es la lección que yo aprendí? Que uno no puede gastar más que lo que percibe. Que uno no puede gastar más que lo recaudado. Que si querés endeudarte no podés hacerlo más allá del límite de tus posibilidades de pago. Si no podés pagar una cuota del auto nuevo mucho menos vas a poder pagar dos. Si no podés pagar dos, mucho menos tres. Si te metés igual en las cuotas del auto cero kilómetro y no te alcanza después vas a tener que vender el auto a un precio bajo, por menos de lo que vale, para pagar las cuotas atrasadas. Y no te va a convenir. Bien, lo que vale para un ciudadano vale para el gobierno. El gobierno siempre tiene que estar midiendo. Hacer política económica es como manejar las compuertas de una represa hidroeléctrica. Tenés que saber cuándo hay que dejar salir el agua y cuándo no. Hay que gastar lo que se puede gastar, con un límite. Cuando adoptás una política de exención impositiva tenés que saber cuál será la consecuencia. Para el Estado nacional, para una provincia o para una intendencia, no importa. Es el mismo criterio para todo. Lo que importa es la capacidad de recaudación del Estado, porque eso es lo que marcará sus posibilidades de ser inductor en la economía. A mí me parece que el Estado no debe meterse en todo y ser empresario pero sí quiero que sea inductor y pueda convencer a la gente de que hay que hacer tales y tales cosas, con tales y tales prioridades, porque será bueno para todo el mundo. Así se llegará al punto en que la gente creerá. La gente no invierte cuando hay confusión política. Precisamos recuperar esa confianza en la capacidad de inducción del Estado.

–¿De qué manera?

–Del modo en que acabo de plantearlo y, a la vez, sin que por eso tampoco descuidemos la necesidad de generar en todos la convicción de que el Estado no va a derrochar, de que el Estado va a cuidar el bolsillo. También tenemos que tener el coraje de decir a los empleados públicos que el dinero no será solo para ellos sino para todos. Éste es un período en el que intentamos reconstruir lo que hicimos en 2003. La Argentina pasó por un ajuste. Brasil pasó por un ajuste. No fue pequeño. En Brasil fue del 4 por ciento. Mucha gente se fue del PT por eso. Pero hice lo que tenía que hacer: cambiar parte de mi gordura política por un ajuste para ganar credibilidad y poder llegar a los resultados que quería. Y conseguimos hacerlo. Este momento exige otra vez algo así. En economía no existe la magia. Cuando tenés diez dólares en el bolsillo y le preguntás a 50 banqueros, cada uno te va a decir algo diferente. Pero siempre vas a poner el dinero en la institución a la que le tenés más confianza. La que para vos sea la más creíble. Con la economía de un país es lo mismo. Debés generar confianza para la inversión. Previsibilidad. Si no, no te van a seguir.

–¿El recorte ofrece confianza?

–No. Cuando recaudás menos de lo que producís, y gastás más de lo que recaudás, en el Estado o en la casa de un trabajador, está mal. El trabajador no puede viajar a Disney con la familia, comprar otro televisor o una computadora nueva para la hija si no alcanza el dinero. Tiene que tener el coraje de decir que no. Lo mismo con el Estado. Cuando percibe que gastará más de lo que recauda debe parar y hacer el ajuste para evitar que los gastos terminen superando la capacidad recaudatoria. Si, en cambio, el modelo es el ajuste del 2008, nos vamos a dar cuenta de que en todos los países que hicieron un ajuste –en todos, sin excepción– crecieron la deuda pública y la deuda líquida. Grecia es el mayor ejemplo. Hizo el ajuste y la deuda pasó a 186 por ciento del Producto Bruto Interno. Lo mismo los Estados Unidos, que pasaron de 84 a 106 por ciento. Y uno verá el mismo resultado si toma Italia, Francia, Portugal o cualquier otro país. Los ajustes empeoraron las cuentas públicas. El recorte no es la solución sino la señal de que uno es responsable. Es como decir: “No voy a gastar más de lo que tenga y entonces te puedo pedir confianza, paciencia y sacrificio porque vos vas a ver que soy serio”. El ajuste es temporal, para dar un salto de calidad el año siguiente. Es una necesidad. Una responsabilidad. El dinero del Estado no es tuyo.

–¿Cómo juega la crisis internacional?

–Es un elemento grave. Antes el petróleo estaba a 106 dólares el barril, la soja valía oro y el mineral de hierro estaba a 140 dólares la tonelada. Entonces bajó la entrada de recursos. ¿Qué hace uno cuando los recursos disminuyen? ¿Llora? No, se adapta a las nuevas realidades. Y debe pensar en esa adaptación teniendo en cuenta que las víctimas no sean justo los pobres.

–¿El impeachment está descartado en el escenario de la política brasileña?

–No hay ninguna razón, no hay ningún motivo para un juicio político a Dilma. Todo el mundo conoce el carácter de la presidenta. No se puede pensar en un impeachment solo porque hay problemas económicos. Al mismo tiempo hay denuncias de corrupción pero eso debe apartado del ámbito de la gobernanza del país.

–¿Apartado en qué sentido?

–En el sentido de que toda denuncia pueda seguir siendo investigada como corresponde, por fiscales y jueces. Mientras tanto, la obligación de Dilma es gobernar, porque fue electa para cuidar los intereses de 204 millones de brasileños. Entonces, debe concentrarse en eso y entretanto que otros asuntos sean discutidos por otras personas. No es difícil encontrar una salida. Sé que hoy tenemos cierta inseguridad en la base de sustentación política del gobierno por divergencias entre la cámara de diputados y el gobierno, entre los partidos políticos… Pero si recuperamos la armonía política también podremos resolver los problemas económicos. Hace mucho que discuto de economía. Y siempre miro la política. ¿Qué pasó en la Argentina? ¿Acaso muchas veces ustedes no vivieron tensiones? Recuerdo la tensión de hace unos años.

–¿La del 2008?

–Sí, por ejemplo ésa. Me acuerdo de que ante cada crisis uno escuchaba: “Cristina se cae”. O: “Cristina no saldrá indemne de esta crisis”. ¿Y qué pasaba? Que resurgía más y más fuerte, como el ave fénix. En Brasil vivimos lo que yo llamo “irracionalidad emocional”. Tal vez los sociólogos se reúnan a discutir si yo estoy diciendo una estupidez o no. Pero creo en esto que digo. Brasil sigue siendo un país extraordinario, con un potencial fabuloso. Brasil tiene 300 mil millones de dólares de reservas. Nunca tuvimos esa cifra. Solo tenemos un desajuste en la economía, pero para una economía del tamaño de la brasileña el desajuste no es grave. Es como una fiebre de 39 grados. ¿Alguien se muere por 39 grados? Toma un remedio y listo. El remedio que corresponda, claro.

–¿Cuál sería el remedio?

–Que los brasileños recuperen la autoestima, que recuperen la confianza en Brasil. Que se convenzan de que no se acaba el mundo. Como el ascenso social fue tan impresionante mucha gente puede estar preocupada. En 12 años colocamos más estudiantes en la universidad de lo que la élite brasileña había hecho ingresar en un siglo. Los pobres empezaron a viajar en avión y ya no quieren volver al ómnibus para distancias muy largas. La gente no quiere perder lo que alcanzó. Mucha gente de la clase C viajó a la Argentina.

–La nueva clase media.

–Sí. Y volvían con una alegría extraordinaria. Antes no pasaba. La ilusión suprema era poder tener dinero para comprar el pasaje de 30 horas de ómnibus y visitar a los padres en el Estado natal. Ahora lleva dos horas. Hubo ascenso social en la escuela, en el empleo… Doce años de aumento de salarios. De 1.700.000 autos por año a más de cuatro millones. Es mucho. Por eso la desesperación: la gente tiene miedo de que se termine lo que avanzó. En ese contexto el papel del gobierno es que la gente tenga la certidumbre de que no habrá vuelta atrás. Y el gobierno tiene que estar convencido de eso. En 2008, cuando comenzó la crisis, la prensa de Brasil y del mundo decían que el comercio mundial caía porque la gente tenía miedo de perder el empleo y entonces estaba dejando de comprar bienes. Fui a la televisión e hice un pronunciamiento de ocho minutos. Dije: “Es verdad que vos podés perder el trabajo. Pero es más verdad aún que si parás de comprar cosas el comercio se detendrá, la industria fabricará menos y el riesgo de perder el empleo será mayor. Apelo al pueblo brasileño. Compren. De forma responsable y solo si pueden pagarlo”. Querido mío, el resultado fue que ese año las clases C y D gastaron más que las clases A y B. Entonces, creo que el gobierno tiene que estar convencido de esa necesidad. No hablo ni del ministro de Hacienda ni de cualquier economista. Hablo de la decisión política. Tomo un avión. Se cae en medio del Océano Atlántico. ¿Para dónde voy? Tengo que tomar una decisión. Debo moverme. No puedo quedarme parado porque si no me voy a encontrar con la muerte. Es momento de arriesgar. Hagamos lo que nunca hicimos. En la Argentina, en Brasil, en todos lados. Y yo insisto: la solución es más política que económica. Si nosotros elegimos la solución económica correcta habremos acertado en política. Si acertamos en política habremos solucionado la economía. Nunca pierdo mi optimismo ni creo que lo que debemos hacer sea difícil. Brasil puede salir de la situación actual. ¿Por qué? Porque el tipo está comiendo bien y no debe tener miedo de que al día siguiente se quede sin comida. Porque no se va a quedar sin comer. El tipo trabaja pero tiene miedo. Teme perder el empleo. Entonces todo va a ser peor. ¡Basta de miedo, los problemas tienen solución! Esa es la tarea de la compañera Dilma. Y tiene las condiciones para hacer esa tarea con éxito.

CHILE La crisis política abrió las cloacas

En ese sector conviven amantes del neoliberalismo salvaje con nostálgicos de la dictadura

Alfredo Martirena

Alfredo Martirena

por Arturo Alejandro Muñoz
Politika


“El requisito para ser diputado o alcalde es ser ladrón y yo no lo soy” (Mario Sepúlveda, uno de los 33 mineros rescatados de mina San José).

El dato disponible es el que publicó recientemente la encuesta ADIMARK. No existen antecedentes distintos que refuten lo que esa encuesta informa. Los ‘distinguidos’ miembros del Senado cuentan con un rechazo en la opinión pública cercano al 79%, mientras los ‘honorables’ diputados son propietarios de un rechazo público que se empina en el 82%. ¿Quién dice más?

Hoy se da un fenómeno político inédito en nuestra Historia: existe una oposición ampliamente mayoritaria, pero lo curioso, que hace único al fenómeno, es que esa oposición lo es no sólo contra el oficialismo sino, también, contra la ‘oposición a ese oficialismo’.

En términos simples, una fuerte y creciente oposición a la gobernante Nueva Mayoría, a la Alianza, y a los colgajos de ambos bloques (Evopoli, Amplitud, MAS, PRI, etc.).

Si Ud. conversa con cualquier parlamentario de manera informal, aborde el tema y comprobará que el ‘honorable’ coincide en cuanto a la gravedad de la situación. Ni siquiera pondrá en tela de juicio que el nivel de desprestigio de los poderes del Estado conlleva un serio peligro de desestabilización del sistema político y además, por si fuese poco, la posibilidad del surgimiento de cacicazgos nacionalistas que suelen culminar de mala manera para el país y su gente.

No obstante, muchos parlamentarios y dirigentes políticos optan por el statu quo, por el inmovilismo… o como dicen los abogados, apuestan sus fichas a “no innovar”, pavimentando su propia ruta hacia nuevas corruptelas y traiciones. Si hasta ayer eran ‘caradura”, hoy son “caras pétreas”. La cloaca está abierta y nadan, orondos, en sus propios miasmas sin pudor alguno ni temor ante la crítica ciudadana: se la meten al bolsillo o se sientan en ella.

Coincido con lo escrito por el periodista alemán Michael Schmitz en la revista Der Spiegel: “Para la mayoría de la gente es algo sabido: Políticos y grandes empresarios son corruptos. Y, en efecto, encontramos claros indicios que justifican esa impresión”. Por cierto, en Chile los indicios son aún más voluminosos. Ahora resulta que ser delincuente – con o sin corbata – es un asunto de habitualidad, o de una especie de ‘oficio laboral’ rentable, para ciertos segmentos de la población.

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Los parlamentarios han formalizado esa actividad convirtiéndola en oficio… y peor aún, en profesión cínicamente ‘válida’. Ejemplos sobran. Lo que hay de prensa avala lo anterior, otorgándole a la criminalidad (la de arriba y la de abajo) amplio espacio en sus noticieros centrales. Se ratifica así lo expresado por Michel Foucault en su libro “Las redes del poder”, con relación a la existencia de estados policiales administrados por políticos que, a su vez, están subordinados a los mega empresarios y a los coyotes financieros.

Dice Foucault: “La delincuencia tiene una cierta utilidad económica-política en las sociedades que conocemos. La utilidad mencionada podemos revelarla fácilmente: “cuanto más delincuentes existan más crímenes existirán, cuanto más crímenes haya más miedo tendrá la población, y cuanto más miedo haya en la población más aceptable y deseable se vuelve el sistema de control policial”. (…) “la existencia de ese pequeño peligro interno permanente es una de las condiciones de aceptabilidad de ese sistema de control, lo que explica por qué en los periódicos, en la radio, en la televisión, en todos los países del mundo sin ninguna excepción, se concede tanto espacio a la criminalidad como si se tratase de una novedad en cada nuevo día”.

Al respecto me permito una reflexión que, seguramente, es compartida más allá de mi círculo familiar. La mentada criminalidad se observa no sólo en corruptelas, robos y traiciones (especialidad de las dos principales cofradías políticas actuales), sino también en las declaraciones que hacen esos eméritos individuos, con una frescura de cutis que justifica la pésima imagen que dejan en la opinión pública.

Elena

Elena

He aquí algunas ‘perlas’ tomadas al azar, indicativas de cuán pobres son las argumentaciones utilizadas por algunos políticos – y otros famosillos del quehacer nacional – al dar explicaciones respecto de decisiones que comprometen el bienestar común.

“Si se despenaliza el aborto los más felices serán los violadores, ya que no habrá bebés para enjuiciarlos.” (una diputada UDI, de cuyo nombre no quiero acordarme, pues siento vergüenza ajena).

“El aborto terapéutico es un “control de calidad a la raza humana.” (Jacqueline Van Rysselberghe).

“Quemaría al 26% que – según encuesta Adimark – apoya a M.Bachelet.” (tuit de Rodolfo Garraud S., Consejero de Evópoli).

“Cómo esa negra tatuada va a ser candidata nuestra.” (diputada María José Hoffmann refiriéndose a Lily Zúñiga, periodista que fuera jefa de prensa de la UDI).

“Si se hubiera aprobado la idea de legislar sobre un proyecto de ley que reintrodujera la esclavitud en nuestra patria, habría sido menos lesivo para el Estado de Derecho que la aprobación de la idea de legislar sobre un proyecto de ley que aprueba el aborto, entendido como acción que se propone interrumpir el embarazo.” (Felipe Bacarreza Rodríguez, obispo de Los Ángeles).

“Solicito rendirle honores en sus exequias; es lo que corresponde. Se hará de acuerdo a toda nuestra legislación. No es lo que a mí me guste o no me guste. Así de claro. Ni más ni menos.” (diputado Jorge Ulloa, solicitandole al ejército rendirle honores al filo genocida Manuel ‘Mamo’ Contreras, condenado a más de 500 años de cárcel, cuando fallezca.

Pero, a mi juicio, la guinda de la torta la puso un individuo que no es político profesional… aunque no está lejos: se trata de un abogado. No un leguleyo cualquiera, es Decano de la Facultad de Derecho de la Pontificia Universidad Católica:

“La lluvia es clamor del cielo por los inocentes que morirán si se consolida legalización del aborto.” (Tuit de Carlos Frontaura, decano de la Facultad de Derecho de la PUC, aprovechando un frente de mal tiempo que afectó a la zona central).

En resumidas cuentas, el intento de Michelle Bachelet – aunque tibio y vacilante – por llevar a cabo su programa de gobierno en determinadas materias, desató las iras del sector neofascista de nuestra sociedad.

Ese que en 1988-89-90 se vio obligado a “casarse con la democracia sin amarla, ni haberla amado jamás”: en ese sector conviven amantes del neoliberalismo salvaje con nostálgicos de la dictadura, y allí pululan variopintos feligreses de algunas iglesias, desde la evangélica (la del pastor Soto) a la católica vaticana (la de Karadima, Medina y Ezzati).

Parafraseando el viejo refrán, cuando a la casa de la política entra la crisis por la puerta, de inmediato escapa la dignidad por una de las ventanas. Pero, en el caso que nos ocupa (el caso chileno), la dignidad de los políticos huye en voluntariosa procura de vestimentas acordes a su nuevo estado de cinismo y contumacia.

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Quand Socrate débat de la dette grecque avec Angela Merkel

par Alexandre Sulzer

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L’Express a imaginé ce que pourraient être les échanges de points de vue entre le célèbre philosophe et la chancelière allemande. Un dialogue, (très très) librement inspiré du Criton.

– Angela Merkel: Que viens-tu faire à cette heure, Socrate? Il est encore très tôt, ne vois-tu pas?

– Socrate: Oui, il est encore très tôt.

– Mais enfin, qu’es-tu venu faire ici de si bonne heure?

– Retirer mon capital au distributeur comme tous les Athéniens que tu vois autour de toi, Angela.

– Comment expliquer tel phénomène?

– Il me faut, Angela, t’apporter une nouvelle pénible et accablante. La Grèce ne remboursera pas ses créanciers, par Zeus.

– Et sur quoi te fondes-tu pour affirmer cela, Socrate?

– Je m’en vais te le dire. Lorsqu’on est convenus avec quelqu’un comme le FMI d’une chose, à condition qu’elle soit juste, faut-il la faire ou peut-on la décevoir?

– Il faut la faire.

– Les règles que la Grèce a jusqu’ici mises en avant, elle ne peut les jeter maintenant par-dessus bord, sous prétexte qu’il lui est arrivé quelque chose d’imprévu. Cela posé, fais attention maintenant à ce qui en découle. Si nous nous y plions, sans avoir obtenu l’assentiment de la Cité, faisons-nous du tort à des gens, et précisément à des gens à qui il faudrait le moins en faire parce que leurs retraites ont déjà baissé, oui ou non?

– Dis-moi Socrate, le référendum que ton peuple envisage, est-ce autre chose que de porter préjudice à l’Europe? Crois-tu vraiment qu’un Etat arrive à subsister et à ne pas chavirer, lorsque les jugements rendus restent sans force, qu’il dépense au-delà de ses propres besoins et que les particuliers se permettent d’en saper l’autorité en ne payant pas leurs impôts et d’en tramer la perte? Allons donc Socrate, que reprochent les Grecs aux institutions européennes pour entreprendre de les mépriser ainsi? N’est-ce pas elles qui ont permis d’engendrer une Grèce moderne, de développer des routes et de belles infrastructures qui profitent au peuple?

– L’Europe nous a mis au monde, nourris, instruits, elle nous a, moi et les autres citoyens, fait bénéficier de la bonne organisation qu’elle était en mesure d’assurer. Je proclame pourtant qu’il est possible à tout Athénien qui le souhaite, après qu’il a été mis en possession de ses droits civiques et qu’il a pris connaissance de la vie publique, de quitter la zone euro, à supposer qu’elle ne lui plaise pas, en emportant ce qui est à lui et aller là où il le souhaite. Aucune loi n’y fait obstacle.

– Mais si la Grèce reste, expérience faite de la façon dont nous rendons la justice et dont nous administrons la zone euro, je déclare que désormais elle est vraiment d’accord avec nous pour faire ce que nous pourrions lui ordonner de faire. Et j’affirme que, si elle n’obéit pas, elle est coupable à deux titres: parce qu’elle se révolte contre la zone euro qui l’a élevée monétairement et enfin, parce que ayant convenu de nous obéir, elle ne nous obéit pas sans même chercher à nous faire changer d’avis et que, même si nous lui laissons le choix entre les deux possibilités suivantes: sortir de la zone euro ou nous obéir, elle ne se résout ni à l’une ni à l’autre.

– Mais dis-moi Angela. N’est-ce pas le souci de ce qui pourrait t’arriver à toi et tes amis des institutions financières qui t’empêche de laisser la Grèce à son libre jugement? Tu crains que les sycophantes de Bruxelles et Washington ne te suscitent des tracas en t’accusant de nous avoir laissés échapper à nos créanciers?

– Tu te trompes, Socrate. Délibérez, Grecs, puisque vous le souhaitez. Ou plutôt non, ce n’est pas le moment de délibérer, il faut avoir pris une décision. Il ne reste qu’un parti. Car, la nuit dernière, il fallait déjà que toute l’opération de remboursement soit menée à son terme. Si vous tardez encore, il n’y aura rien à faire. Alors Socrate, de toute façon, suivez mon conseil et ne dites pas non. L’avenir de l’Europe n’est pas en jeu dans ce référendum mais celui d’Athènes, oui. Et souviens-toi que tes dernières paroles à tes amis, après avoir avalé la ciguë, furent: “Criton, nous devons un coq à Asclépios. Payez cette dette, ne la négligez pas”.

 

Francisco: “Eu vivo em Roma e no inverno faz frio. Aconteceu muito próximo ao Vaticano, um idoso que morreu de frio. Isso não foi notícia nos jornais diários: um pobre que morre de fome e frio. Contudo se todas as bolsas econômicas caem um ou três pontos é um desastre mundial”

Papa fala sobre o papel fundamental da educação à cidadania 

Em seu terceiro dia de visita à América Latina, Papa Francisco encontrou-se com membros de escolas e universidades

por Letícia Barbosa

Na tarde desta terça-feira, o Papa Francisco encontrou-se com alunos e professores representantes do mundo estudantil e universitário na Pontifícia Universidade Católica de Quito, no Equador.

Ao chegar no local, o Sumo Pontífice foi recebido por uma multidão que o aguardava. Como de costume, o Pontífice abençoou e cumprimentou os presentes.

O encontro teve início com a saudação do bispo da cidade de Loja, monsenhor Alfredo José Espinoza Mateus, seguido do testemunho de uma jovem e da saudação de uma professora e o Reitor da Universidade, sendo encerrado com uma oração e troca de presentes.

Papa discursando ao mundo estudantil e universitário

Papa discursando ao mundo estudantil e universitário

Em seu discurso, o Santo Padre convidou os educadores a desenvolver um espírito “crítico, livre, capaz de cuidar do mundo atual”. Ainda questionou se o grau universitário tem sido visto não só como ascensão social ou econômica, mas como sinal de maior responsabilidade perante os problemas da sociedade atual diante do cuidado com os necessitados e o meio ambiente.

“Os nossos centros educativos são uma sementeira, uma possibilidade, terra fértil que devemos cuidar, estimular e proteger. Terra fértil, sedenta de vida”, frisou o Papa.

Durante a reflexão, o Santo Padre abriu mão do discurso para enfatizar e chamar a atenção ao que tem sido valorizado e prezado pela sociedade.

“Eu vivo em Roma e no inverno faz frio. Aconteceu muito próximo ao Vaticano, um idoso que morreu de frio. Isso não foi notícia nos jornais diários: um pobre que morre de fome e frio. Contudo se todas as bolsas econômicas caem um ou dos três pontos é um desastre mundial. Pergunto: onde está seu irmão? Peço a todos que façam essa pergunta, onde está seu irmão?”, afirmou Francisco.

Ao dirigir-se aos jovens, o Santo Padre questionou-os ao falar que o tempo para os estudos não é somente um direito, mas um privilégio.

“As comunidades educativas têm um papel fundamental, essencial na construção da cidadania e da cultura. Como Universidade, como centros educativos, como professores e estudantes, a vida desafia-vos a responder a esta pergunta: Para que precisa de nós esta terra? Onde está o teu irmão?”, disse o Sucessor de Pedro.

¿Qué pasará a partir de ahora en Grecia? Euro, geopolítica y crisis griega

“Los centros de poder europeos han hipotecado su credibilidad política participando en la campaña del referéndum de forma sucia para pedir el Sí”

Examining the National Debt of Greece.  Spiros Derveniotis

Examining the National Debt of Greece. Spiros Derveniotis

por Sergi Cutillas


El 5 de julio, fue un día histórico. El pueblo griego votó No en el referéndum que consultaba sobre la aceptación del tercer plan de austeridad a cambio de mantener el país artificialmente solvente.
Grecia ha sufrido durante la última semana un cierre bancario provocado por el BCE que ha tenido a la población con el corazón encogido, y ha dejado de pagar al FMI unos 1.544 millones que vencían el martes 30 de Junio, cosa que no había hecho antes ningún país desarrollado. Además, durante la semana, los centros de poder europeos han hipotecado su credibilidad política participando en la campaña del referéndum de forma sucia para pedir el Sí, apelando al miedo y la amenaza. Un ejemplo ha sido el socialista alemán y presidente del parlamento europeo, Martin Schulz, quien afirmaba hace pocas horas que si salía el No, Grecia tendría que salir de la eurozona. Otros como Schäuble, el ministro de finanzas alemán, hace tiempo que dejan claro que el actual gobierno griego es una ‘herida infectada’ que se tiene que cortar.

Après le référendum grec, l’équation à plusieurs inconnues

liberation. grécia paixão francesa

Le scrutin de dimanche pose plusieurs questions dont les réponses détermineront le devenir politique, économique et social du pays, et son maintien ou non dans la zone euro. Pourtant, un accord est plus que jamais nécessaire et souhaitable.
La très nette victoire du «non» lors du référendum grec du 5 juillet a une seule conséquence politique certaine : elle empêchera que soient adoptés en l’état les deux projets d’accord rejetés par les Grecs, qui portaient sur le contenu des réformes à mettre en place en contrepartie de l’aide financière extérieure, ainsi que sur l’évolution du poids de la dette de la Grèce. Au delà, elles confrontent les Européens à une équation à plusieurs inconnues, dont la résolution déterminera si la Grèce peut ou non rester membre de la zone euro et, plus globalement, le futur …

«L’homme qui pleure», l’histoire derrière l’image poignante d’un retraité grec

Giorgos Chatzifotiadis, 77 ans, est aidé par un employé de la banque et un policier alors qu'il pleure devant l'établissement, le 3 juillet 2015 à Thessalonique (Photo SAKIS MITROLIDIS. AFP)

Giorgos Chatzifotiadis, 77 ans, est aidé par un employé de la banque et un policier alors qu’il pleure devant l’établissement, le 3 juillet 2015 à Thessalonique (Photo SAKIS MITROLIDIS. AFP)

Un retraité grec, aux prises avec le service minimum imposé aux banques cette semaine, s’est effondré en pleurs devant une succursale de Thessalonique (nord) vendredi, saisi dans sa détresse par un photographe dont les images, plébiscitées sur les réseaux sociaux, montrent d’abord un homme meurtri pour son pays, a confié ce dernier à l’AFP.
«Je ne peux pas supporter de voir mon pays dans cette misère. C’est pour ça que j’étais abattu, plus que par mon problème personnel», a expliqué Giorgos Chatzifotiadis, 77 ans, joint au téléphone par un correspondant de l’AFP à Thessalonique.

Son désarroi, vendredi matin, alors qu’il se trouvait à l’extérieur d’une agence de la Banque nationale (Bng) de cette ville avait frappé un photographe de l’AFP qui l’avait immortalisé, assis à même le sol, en larmes, son livret d’épargne et sa carte d’identité par terre, et, sur un autre cliché levant les bras au ciel.

Les images ont eu un très fort impact sur les réseaux sociaux.

M. Chatzifotiadis raconte également que ce vendredi, il avait successivement tenté trois banques fermées pour récupérer une partie de la pension de sa femme, qui souffre de problèmes de santé. Seules quelques banques sont ouvertes cette semaine en Grèce, uniquement pour les retraités, les autres établissement étant fermés jusqu’à mardi dans le cadre d’un contrôle des capitaux.

Lorsqu’à la quatrième banque, ouverte celle-là, «on m’a dit que je ne pouvais obtenir l’argent, je me suis effondré», a-t-il poursuivi sans préciser la raison de ce refus.

Lui et sa femme, comme beaucoup de Grecs du nord du pays, ont travaillé plusieurs années en Allemagne. C’est depuis ce pays, que les Grecs critiquent fréquemment pour son intransigeance à leur égard, qu’est d’ailleurs virée la retraite de sa femme.

«J’y ai travaillé très dur dans une mine de charbon et dans la fonderie», explique le septuagénaire. Aujourd’hui, «je croise mes concitoyens mendiant quelques centimes pour acheter du pain. je vois les suicides qui augmentent. Je suis une personne sensible. Je ne peux pas supporter de voir mon pays dans cette situation. L’Europe, comme la Grèce, ont fait des erreurs. Nous devons trouver une solution», plaide-t-il.

Lui n’est pas sûr d’aller voter au référendum de dimanche organisé par le gouvernement sur les mesures d’austérité proposées par les créanciers UE et FMI. Son bureau de vote «est à 80 km de Thessalonique». Je n’ai pas l’argent pour m’y rendre, sauf peut-être si mes enfants me prennent dans leur voiture…»

AFP

L’οχι grec ou le retour du peuple en Europe

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Par Alexis Feertchak/ Figaro

Ce dimanche, à l’occasion du référendum en Grèce où les sondages donnaient le «oui» et le «non» au coude-à-coude, les partisans du «non» l’ont emporté à une écrasante majorité (plus de 61%).

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En avril 2012, Georges Moustaki éructait dans le Huffington Post: «J’espère que la Grèce va foutre le bordel. Ma sympathie va à cette attitude de contestation parce que ce n’est pas le peuple qui a créé la crise. Or, on lui fait en porter le poids. Finalement, c’est lui qui a le sens civique le plus développé, pas ceux qui veulent se conformer aux directives bruxelloises. Que le gouvernement grec ouvre grand ses yeux et ses oreilles».
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De façon posthume, le pâtre grec, qui s’est éteint l’année suivante, a été écouté: le Premier ministre Alexis Tsipras, dans un geste tout gaullien, a décidé de laisser le dernier mot au peuple et de remettre ainsi son mandat en jeu. Pari gagné largement, malgré les pressions européennes et médiatiques pour empêcher la victoire du «non», mais à quel prix?
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Le masque des institutions européennes tombe lourdement


L’ «οχι» grec de ce 5 juillet, lointain écho des «non» français et hollandais de 2005, force aujourd’hui l’Union européenne – et spécialement sa composante qu’est l’Union économique et monétaire de la zone euro – à révéler le rapport politique sous lequel elle entend placer les peuples et les nations d’Europe. Et une fois le masque tombé, le visage de l’Union n’est pas beau à voir. C’est le grand mérite d’Alexis Tsipras et de son ministre Yanis Varoufakis d’avoir forcé l’Eurogroupe – l’embryon de gouvernement de la Zone Euro – à dévoiler son fonctionnement au grand jour, loin des réunions informelles et feutrées auxquelles ce club ministériel était habitué. Cette révélation du vrai visage des institutions européennes est sans conteste l’une des premières leçons à retenir du référendum grec.
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Les Grecs, eux, ont consacré le fait que ce sont les peuples qui ont le dernier mot, et non les traités européens, qui valent tant que les peuples leur accordent leur onction.
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Le référendum, que le gouvernement Papandréou n’avait pas eu le courage de mener jusqu’à son terme en 2011, rappelle aussi aux zélotes de la Troïka européenne que la souveraineté appartient aux peuples, qu’elle ne saurait devenir «limitée» comme aux temps soviétiques de Léonid Brejnev. A ce titre, il faut bien mesurer que les Grecs ont donné l’estocade à Jean-Claude Juncker, qui avait déclaré sans sourciller qu’ «il ne pouvait y avoir de choix démocratique contre les traités». L’ancien Premier ministre luxembourgeois, aujourd’hui président de la Commission européenne, découvre ce 5 juillet 2015 que certains pays ne sont pas seulement peuplés de banquiers. Les Grecs, eux, ont consacré le fait que ce sont les peuples qui ont le dernier mot, et non les traités européens, qui valent tant que les peuples leur accordent leur onction.
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Le 3 août 1968, à Bratislava, lors d’une réunion du Pacte de Varsovie, le premier secrétaire du Parti communiste de l’Union soviétique introduisait par les mots qui suivent la «doctrine Brejnev» de la souveraineté limitée: «Chaque parti communiste est libre d’appliquer les principes du marxisme-léninisme et du socialisme dans son pays, mais il n’est pas libre de s’écarter de ces principes s’il entend rester un parti communiste. […] L’affaiblissement d’un maillon quelconque du système socialiste mondial affecte directement tous les pays socialistes, et ils ne sauraient y rester indifférents». Il fallut attendre 1988 pour que Mikhaïl Gorbatchev déclare que «la liberté de choix est un principe universel».
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Certes, les chars n’ont pas été envoyés à Athènes pour faire respecter la règle d’or budgétaire comme à Varsovie en 1968. Mais ces quelques lignes de Brejnev, si l’on se place, non à l’échelle du contenu idéologique, mais à celle de la structure de l’organisation décrite, sont du Jean-Claude Juncker dans le texte, lequel pourrait très bien déclarer: «Chaque Etat membre est libre d’appliquer les principes du droit de l’Union européenne dans son pays, mais il n’est pas libre de s’écarter de ces principes s’il entend rester un Etat membre. […] L’affaiblissement d’un maillon quelconque du système européen affecte directement tous les pays européens, et ils ne sauraient y rester indifférents». On voit bien les dérives possibles d’un tel discours dès lors que les principes européens s’appliquent erga omnes sans que les peuples souverains ne puissent rien y redire.
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Par leur vote, les Grecs ont révélé au grand jour l’aberration d’une telle conception de l’Europe, non soluble dans la démocratie et nécessairement autoritaire à l’égard des parties qui la composent, les Etats membres.

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Une victoire à la Pyrrhus pour la Grèce?
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D’aucuns considèrent déjà que ce succès du gouvernement d’Alexis Tsipras n’est qu’une victoire à la Pyrrhus pour la Grèce, que, par l’expression de sa colère, elle vient en réalité de s’expulser elle-même de la zone euro et de se tirer une balle dans le pied.
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Pourtant, dans la mesure où les traités sont muets sur ce point, personne ne peut en principe forcer la Grèce à quitter la zone euro ; elle seule peut décider souverainement d’une telle sortie. Lors, pourquoi a-t-on répété depuis une semaine que, alors même que le gouvernement et le peuple grecs ne le souhaitaient pas, un vote négatif entraînerait inévitablement un Grexit?
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Il faut bien comprendre qu’il s’agirait d’un Grexit de facto et non de jure – en tout cas tant que la Grèce ne le décidera pas d’elle-même. Comme Jacques Sapir ou d’autres économistes l’ont bien expliqué, d’une part, en renvoyant illégalement Yanis Varoufakis de l’Eurogroupe, la Grèce a été de fait suspendue de son appartenance à la zone euro. D’autre part, la Banque centrale européenne tient le robinet des liquidités de la zone euro via les prêts ELA qu’elle accorde aux banques: si elle coupe le robinet, ce qu’elle fait déjà en partie, les Grecs n’auront plus de liquidités et n’auront d’autre choix que de créer une nouvelle monnaie, parallèle, pour assurer ses besoins monétaires. C’est par ce dernier élément que la Grèce, si la Banque centrale européenne le voulait, pourrait être entrainée plus ou moins brutalement vers un grexit.
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Dans une tribune au magazine Forbes, Frances Coppola a très justement analysé les enjeux politiques d’un tel Grexit: en réalité, dans la mesure où la BCE restreint ses prêts ELA aux banques hellènes, tout se passe comme si la Grèce utilisait aujourd’hui l’euro comme une «monnaie étrangère» et non comme une «monnaie souveraine». Pis, dans la mesure où la souveraineté monétaire appartient exclusivement à la BCE, en réalité l’ensemble des pays membres de la zone euro utilisent ce dernier comme une monnaie étrangère. Ce que la crise grecque ajoute – et qui fait bien penser à un coup d’Etat financier – c’est que la BCE gère aujourd’hui les liquidités d’un pays membre de l’euro, non en fonction des besoins de ce dernier, mais parce qu’elle n’apprécie pas la politique économique dudit pays. C’est probablement la première fois qu’une telle chose se passe aussi ouvertement au sein d’une union monétaire. L’éditorialiste financière précise bien que le Grexit n’est pas «un événement, mais un processus», qu’il est d’ores et déjà engagé et que le référendum ne fait en somme que l’accélérer.
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Dès lors, le référendum n’est pas une victoire à la Pyrrhus pour les Grecs: au contraire, là encore, il a la vertu de mettre en lumière les agissements économiquement violents et politiquement douteux de l’union économique et monétaire, la zone euro, telle qu’elle fonctionne aujourd’hui. Les Grecs avaient le choix entre souffrir sous tutelle et souffrir librement: le bon sens s’est exprimé. Si les prochaines années seront rudes, elles l’auraient été dans tous les cas.
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L’ «οχι» grec, une opportunité pour l’Europe

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Le pari d’Alexis Tsipras repose maintenant sur la réaction des institutions européennes et surtout de l’Allemagne face à l’ «οχι» lancé d’Athènes. Vont-ils acter définitivement la poursuite du Grexit, affermir encore la politique de la BCE et expulser manu militari la Grèce hors de l’Europe? Dans cette partie d’échec, le Premier ministre grec peut compter sur le soutien moral du pape François et surtout sur celui de Barack Obama, plus pratique, qui craint légitimement que la Grèce, sortie de l’euro, ne se jette dans les bras des BRICS, en particulier de la Russie et de la Chine.
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Jusque-là, en revanche, il n’a pas pu compter sur le soutien du président François Hollande, dont le mutisme, entrecoupé de propos rassurants sitôt contredits par les faits, est pour le moins inquiétant. C’est bien dommage, d’autant que François Hollande, en 2012, en souhaitant renégocier le Pacte budgétaire européen (TSCG) n’était pas dans une logique si éloignée de celle d’Alexis Tsipras, modulo la différence objective de situation économique entre la Grèce et la France. Mais depuis le discours du Bourget, les élans hollandiens ont perdu en intensité.
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En un sens, la Grèce, dont la dette publique atteint 170% de son PIB, est un peu à l’avant-garde des pays européens et elle éclaire surtout ce qui pourrait advenir pour eux demain. Quand ces pays, dont la France, seront sous la coupe de la Troïka et de ses méthodes musclées, les gouvernements changeront peut-être d’avis sur ce «populiste» de Tsipras et lui envieront in petto son courage et sa droiture.
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Au fond, même le FMI l’avoue à mi-mot aujourd’hui, sans aller jusqu’à «annuler la dette grecque» dans sa totalité comme le prône l’économiste hétérodoxe Steve Keen, il faudra bien a minima la restructurer en profondeur.
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Mais la chancelière Angela Merkel et son ministre Schaüble mettent leur strict véto à une telle hypothèse. Ils l’ont encore dit derechef après les résultats de la victoire d’ «οχι»: les négociations ont peu de chance de reprendre. C’est pourtant en s’opposant à cette absurde rigueur germanique, condamnée aujourd’hui par les économistes de toutes origines, que la France pourrait jouer un rôle historique en mettant au calendrier du Conseil européen le projet d’une restructuration concertée, non pas seulement de la dette grecque, mais de l’ensemble des dettes souveraines de la zone euro.
Ceci d’autant plus que la perspective d’un Brexit (cette fois-ci la sortie de la Grande-Bretagne de l’Union européenne) est l’occasion inespérée de soutenir le Premier ministre britannique David Cameron dans sa volonté de renégocier l’ensemble des traités européens, de les alléger et de réduire enfin le déficit démocratique grandissant d’une Europe qui ne tient plus compte de la souveraineté de ses peuples.
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N’est-ce pas finalement la grande vertu du référendum du 5 juillet et de l’ « οχι » grec que de signer en Europe le retour des peuples et des passions démocratiques?
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Bien des commentateurs ont voulu faire de la Grèce une simple affaire de gros sous entre des créanciers spoliés et des paresseux inaptes à rembourser leurs dettes ; combien se sont moqués d’Alexis Tsipras en prédisant qu’il se plierait dès les premiers jours aux injonctions européennes, comme l’avaient fait ses prédécesseurs. Dans De l’esprit des lois, Montesquieu écrivait que «les politiques grecs, qui vivaient dans le gouvernement populaire, ne reconnaissaient d’autre force qui pût le soutenir, que celle de la vertu. Ceux d’aujourd’hui ne nous parlent que de manufactures, de commerce, de finances, de richesses».
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N’est-ce pas finalement la grande vertu du référendum du 5 juillet et de l’ «οχι» grec que de signer en Europe le retour des peuples et des passions démocratiques? A bien y regarder, le «bordel foutu par la Grèce», pour reprendre l’espoir de Georges Moustaki, pourrait être une occasion inespérée pour l’Europe. Malheureusement, si Alexis Tsipras a su mener jusqu’au bout son élan gaullien, il faudrait que la France fût capable d’un geste analogue pour rééquilibrer le couple franco-allemand. L’espoir est ténu.